lunes, 21 de julio de 2008

With a little help from my friends

Antes de grabar un disco hay que pensar mil cosas. Hay que definir el sonido que querés, pactar, lidiar con los técnicos. Si sos una chica, te van a boludear. Si vas a grabar con Marilina Calós, tal vez no sea tan terrible. Una buena cara de culo a tiempo quizás te ahorre la mala sangre.
Hay que diferenciar la grabación de la mezcla y la masterización. Hay que aprender a expresarse, a pedir lo se quiere: acá, la voz más adelante; allá, la guitarra más atrás; más o menos cámara, intensidades, colores, texturas. Tenés que aprender a hablar, saber comparar y diferenciarte, armar frases claras y concisas.
Intentarlo es saber escuchar a los sabios, tomarse el trabajo de reconocerlos en los amigos.



Cuestiones de género (parte I)




Q: ¿Te interesa hablar de música en términos de género?



A: Como interesarme… En realidad no, me chupa un huevo el género. Pero no puedo negar que es práctico en pos de ordenar la escucha y su consecuente perorata. Las categorías siempre son económicas y ahorran tiempo. Aunque a decir verdad, cuando leo una nota en la Inrokuptibles que habla de "un post rock, con leves notas freakfolk, que maneja un preciosismo sin precedentes en la escena local..." siento ganas de inmolarme.

Q: ¿Qué es el post rock?



A: El post rock es un género medio intelectualoso de música que se hizo durante los ´90 mayoritariamente en la ciudad de Chicago. Formalmente la música post-rock consiste en tomar la estructura/textura del rock y sacarle cualquier vestigio de diversión que pudiese tener. Para más información podés recurrir a las páginas de http://www.thrilljockey.com/ o http://www.dragcity.com/, y ahí vas a encontrar un largo catálogo de grupos cultores de dicho género y otros que están buenos.



Q: Una vez vos me decías que lo que más te interesaba de una banda era ver a los músicos divirtiéndose en el escenario, ¿en qué sentido entonces te interesa el post rock, ese rock vaciado de divertimento?




A: Si, es cierto. Lo que más me interesa cuando veo/escucho a un grupo es notar que los músicos se divierten, que en realidad es una forma simple de decirlo. Lo que me flashea es que los pibes estén comprometidos con lo que están haciendo. Puede ser que en algunos casos la diversión no sea la mejor forma de definir el sentimiento, pero cuando notás que el tipo (o mina) que está tocando ahí la está pasando bien haciendo lo que hace, que se lo está creyendo y que no está simplemente entreteniéndote, que lo está haciendo por él (o ella), por su propio goce, eso me gusta. Desde ahí se arma el verosímil del asunto. Tal vez haya grupos de post rock que estén buenos en vivo, yo no vi muchos, sólo vi a Tortoise (que son como una especie de jefes del movement) y la verdad que me pareció aburrido, no recuerdo bien porqué. Tal vez porque me resultaron pretenciosos, el género en general es pretencioso.
La movida es mezclar ciertos códigos del jazz (generalmente los peores ticks de fusión grasa que le gustaría a Diego Juan /Galotti) con lugares comunes aún más odiosos del indie blanco y universitario yanqui. Babilonia.


De todas formas hay cosas que están buenas, inevitable es nombrar a Slint de Lousiville, que son los originators de la movida, primer disco en el ´89, también Gastr de sol, de donde salen Jim O´Rourke (que terminó tocando en Sonic Youth por un tiempo entre miles de millones de otras buenas colaboraciones) y Jon McEntire que después fue el frontman de Tortoise.



Q: ¿Es posible hablar hoy de géneros musicales? Me acuerdo que una vez leyendo un ensayo de Rafael Cippolini me preguntaba si habría tantos subgéneros como músicos.



A: Me parece muy acertado lo que dice Cippolini. En realidad no me gusta usar las siguientes categorías que voy a manejar, pero es imposible, lo siento. La música es música, punto. Después, qué tipo de música toques, con qué intensidad, con qué grado de dificultad, a qué velocidad, y con qué texturas te manejes, depende de cómo te sientas cuando tocás, qué amigos tengas, qué comida comas, cómo camines o qué drogas tomes. El género no importa, es algo a posteriori, son formas de envasar algo para poder venderlo. Encuadrar la música en un género (la literatura/pintura/poesía, etc.) es uno de los tantos momentos que ayudan a transformar a la música en mercancía.


Volviendo al Rafa, cuando hablamos de que hay tantos subgéneros como músicos, en realidad yo diría que hay tantas formas de interpretar la música como músicos. Los géneros son determinados por las demandas del mercado. En realidad si lo pensás no hay mucha diferencia entre cosas que son supuestamente opuestas, pero lo que cambia siempre es el paratexto, la forma de presentar la jodita. En realidad lo que pienso es que deberíamos dejar de pensar todo como si fuésemos positivistas. Las enciclopedias ya fueron, las listas no dan, las clasificaciones aburren. The message is in the muuuuuusiiiic!!!



Q: Además de que encuadrar la música en un género es un momento fundamental para el marketing ¿creés que los géneros musicales son producto de un contexto? Quiero decir, una época y un territorio. En caso que la respuesta sea afirmativa, ¿cómo ves esos géneros funcionando fuera de ese campo socio cultural?




A: Los géneros musicales como dije antes son productos del mercado. Hay que organizar de alguna forma la merca. La música definitivamente (creo) es fruto de miles de variables (estéticas, políticas, personales, sociales, geográficas, etc...) que atraviesan la cabeza del drogadicto que la está ejecutando. Si escuchás blues podés escuchar trenes, paisajes despojados, historias sobre plantios de algodón, ahorcados, gente que mata a sus familias porque no tiene qué darles de comer. Si escuchás disco music vas a escuchar efectos para satisfacer al bailarín que está ahí flasheando con ellos, el sonido, y la movida (taking drougs to make music to take drougs to...). Si sacás de contexto el género, se pudre!! Miralo a Dylan, él tomó toda la tradición de la música folclórica de su país, se leyó tooodo el libro, robó discos y se los aprendió de adelante para atrás y de atrás para adelante, fue a visitar a Woody al hospital, después se cansó de toda la escena esa revisionista con códigos muy estáticos, tomó lo que le gustaba de la movida, se mudó a Nueva York, la flasheó, se enchufó, corrió el contexto de todo, y voila, dio vuelta al mundo como un panqueque.


Otro ejemplo son los djs jamaiquinos. Desde principios de los ´70 en Jamaica la música se movía a través de los soundsystems, que eran camioncitos (o no) llenos de parlantes que iban de barrio en barrio armando fiestas en la calle, spreading the gospel o jah, había un dj, generalmente tenían echoe, delay, y sobre todo un Mc (maestro de ceremonia) que fritaba sobre los discos que el dj cortaba y reproducía en loop, haciendo de algo ya existente otra cosa. En un momento un jamaiquino se muda a Nueva York y los pibes se copan, pintan soundsystems en el Bronx, batallas, mcs que en vez del patau jamaiquino rapean (fritan) de la única forma que pueden hacerlo que es con su acento, sus giros idiomáticos y sus preocupaciones y satisfacciones entonces, estamos escuchando rap.





Q: Agotemos el tema así después podemos hablar en otros términos ¿qué te gusta del género rock? ¿del punk? ¿del folklore (argentino/latinoamericano)? ¿del tango? ¿del jazz? ¿del soul? ¿del blues? ¿del rap? ¿del dub? ¿del pop? Algún otro género que creas importante definir conceptualmente, sin hablar del Harcore al que le vamos a dar un protagonismo especial, porque es un género que realmente no comprendo. Me interesan definiciones precisas, no técnicas, si es posible, sino que señalen el espíritu del género. Antes, decías “el blues es gente que mata a su familia porque no puede darle de comer” ¿se entiende?


A: Para mí hay momentos de la música (fijate como me esfuerzo en esquivar la palabra género) que me parecen que tienen más importancia que otros, o que aportan cosas que duran más. Es como que de cada momento se van desprendiendo sedimentos que se toman en otro lugar, años más tarde, para construir otra cosa totalmente distinta. Por ejemplo el northern soul, a finales de los ´60/pincipios de los ´70 en el norte de Inglaterra. Los pibes empezaron a mostrar mucho interés por el soul norteamericano -que por haberse dado a la par del surgimiento de los massmedia, además de ser increíblemente emotivo/divertido/bailable, fue uno de los primeros movimientos pop, y de su reinterpretación surgieron muchas cosas muy interesantes, como es el Reaggae, por ejemplo-. Lo que hacían los djs de estos clubes era juntar unos pesos, iban a revolver galpones y ventas de garage en E.E. U.U y volvían con gemas desconocidas, rarezas, grupos que editaban un solo simple y ni siquiera grababan un LP, grupos con formaciones inciertas, música de productores, con el acento en distintos lados del proceso de producción. Una vez que llegaban a Inglaterra pasaban esos discos en clubes donde se bailaba hasta las 6 de la mañana (allnighters), se tomaban anfetas (Araca el negro de Quadrophenia que guardaba pastillas azules en su sombrero), se bailaba con pasos no conocidos hasta aquel entonces, movimientos más enérgicos, alguna que otra maroma, hay quienes ven acá un antecedente directo del Breakdance. Pero lo más revolucionario que hacían los djs era no decirle a nadie quién hacía estás canciones. Ellos pasaban la música no de la copia original, sino que mandaban a hacer acetatos, que son una forma de copiar vinilos, un material blando que sólo resiste pocas pasadas. Los más radicales/cabezas directamente pegaban un papel sobre la etiqueta del disco para que se lea el nombre del interprete/productor. Con este simple y mezquino gesto lo que estaban haciendo era apropiarse de esas canciones, crecía su prestigio, la gente los iba a escuchar porque era la única oportunidad que tenían de bailar esa canción genial que nunca habían escuchado en ningún lado, y eso ponía al dj en primer plano. Daba vuelta toda la concepción de producción y propiedad artística, expropiación!!! Eso para mí es super político, más político y efectivo que cualquier canción de Phil Ochs (No that there´s anything wrong about him).

En cuanto a los otros géneros que me decís, que sé yo, el Punk también es muy fuerte conceptualmente, hay grupos como Crass que más allá de imponer una agenda temática muy anarca, empezaron a hacer cosas muy interesantes en la distribución de sus discos, la organización de los shows, etc. Nunca cobraron una entrada (bah, una sola vez, rock against racism??). En la tapa de todos los discos ponían "pay no more than 45 p" que luego se volvió una leyenda obligatoria en cada disco punk. En cuenta definitiva, hicieron del "Do it yoursef" un paradigma estético y ético. Además no sabían tocar mucho y eso los hacía sonar como nadie. Pavimentaron el camino para que muchos chicos y chicas alrededor del mundo pudieran creer que podían hacer algo, así que, grosso.

Al Tango todavía no le entré con fuerza, tal vez dentro de un par de años. Ahora me imagino a Gustavo Pardi con Leo Sbaraglia vistiendo pantalones marrones con una camisa blanca y chaleco de lana negro en el Bar de Roberto y me muero de depresión. De todas formas sé que cuando me deshaga de esa imagen va a ser algo que voy a disfrutar mucho.


El Soul es todo, junto al Blues (también hay música floklórica africana y oriental, cosas más primitivas, no?) Creo que forman los cimientos de lo que hoy conocemos como música. Tiene momentos también, sellos, ciudades, años, miles de variables, pero básicamente es música muy pegadiza, o muy romántica, o muy oscura. Está Motown, que es más pop, al Sr Gordy le gustaba el bille, entonces Holland Dozier y Holland, los productores estrellas del sello, trataban de meterse dentro de la cabeza (entre otras cosas) de las niñas de 15 - 16 años de la nación y generaban un imaginario muy gracioso de lo que es la vida de una adolescente: "Chicas/ reúnanse alrededor mío/ y escuchen las noticias/ Finalmente me besó/ Oh, días felices/ mi corazón tiene que gritarlo/ voy a buscar mi diario y escribiré al respecto", genial.
También estaba Smokey, el personaje de él era un negrito lindo, sufrido, que trataba constantemente de convencer a las hormonales niñas de que a pesar de ser un chico sonriente y alegre su corazón estaba en ruinas, "La gente dice que soy el corazón de la fiesta/ porque digo un chiste o dos/ aunque pueda estar riéndome alto y de corazón, en mis adentros estoy triste/ así que mirame a la cara/y vas a notar que mi sonrisa está fuera de lugar/ si mirás de cerca es fácil de rastrear/ los corredores de mis lagrimas", me convenció.
Después había otras cosas más roqueras, Stax, Volt, Atlantic, sellos menos conocidos, Ottis, Aretha, más Gospel, Stple Singers (I´ll take you there!). Por otro lado, el gran Curtis Mayfield, podría seguir por siempre.

El Blues es genial, personalmente recomiendo la primera etapa, el blues del delta: viejos que fueron descubiertos por fieldrecorders (como el gran Sr Lomax) en fábricas, plantaciones, cárceles. Guitarra, voz, a veces sólo voz, otra armónica. Leadbelly, Blind Lemon Jefferson, Robert Johnson, obviamente.


El Rap es lo más, ya hablé un poco antes, género que supo ser muy noble y que ahora se encuentra en el tramo más oscuro de la danza dialéctica, pero que todavía hace bailar y convoca las partes más nobles de la percepción.


¿El pop? realmente no entiendo muy bien de qué se trata. Creo que el 99 % de la música que nos llega es pop. No depende de cómo suena, sino de cómo se distribuye y produce. Qué se yo, el pop es malo.


Me dejo el Dub para el final: yo creo que en Jamaica se dio el movimiento más revolucionario a nivel conceptual y seguro que fue sin querer. En la isla se escuchaba Soul, Calipso, Rocksteady, y como los discos eran caros y querían que la movida tenga calor local, la gente empezó a hacer covers de temas como podían, mezclándolos con ritmos caribeños, fumando bocha de porro. Tanto porro fumaron que pensaron, ¿qué ponemos el otro lado del disco? (simple de 45") Otro tema no da, y otro dice: "ya fue, agarremos la base del tema, mezclémosla un poco más, tirale un poco de delay a la voz, sí, sí al tacho también. Pone el bajo adelante, así suena como la puta que lo parió, y listo, tenemos otra cosa con los mismos materiales" Acá hacen algo bastante radical: decidieron que lo importante ya no era el momento de la ejecución, sino que ahora lo que definía todo iba a ser lo que hacían después. Ya no se trataba de tocar el bajo y la batería, sino de girar perillas, de poner echoes, de superponer pistas. El capitán del barco es el productor, el operador. No hay caras, hay sonidos. El paso siguiente es el soundsystem, a parte de los productores estaban los djs que remezclaban esas mezclas y el mc cantaba encima. Lo que salía era otra cosa, lo que usaban seguía siendo lo mismo. Costo cero. Música barata, bananera, genial. ¿El autor? Bien, gracias. ¿Quién es?, ¿quién firma este monstruo?, ¿quiénlo cobra?, ¿a quién publicitamos? Toda la estructura de la música hecha hasta aquel entonces, al carajo. Seymour Stain, ¡te querés matar! Aguante el porro.

Q: Te faltó el jazz y el folklore argentino. El folklore es un género que pareciera no interesarles mucho a los chicos cancheros del ambiente del rock, al mismo tiempo que sobrevaloran el folk norteamericano. Si Dylan siempre es una referencia, por qué no se interesan en explorar un poco este ritmo, para ver con qué se encuentran, robar, nutrirse, para a ver qué sale.


A: Sí, es cierto que acá el folklore nunca tuvo una reivindicación, aunque no estoy de acuerdo con eso de que el folk yanqui está sobrevalorado, a mí me encanta. Cualquier cosa podés hacer dos cosas: la primera sería bajarte la "anthology of american folk music" de folkways records compilada por el gran Harry Smith, o también nos podemos encontrar en una plaza y cagarnos a piñas hasta que arreglemos el asunto. Vos elegís.
Acá el folklore nunca tuvo un exponente joven y canchero como Dylan, aunque a mí me gusta y respeto mucho a Leon Gieco (boing!!) que toma una cierta tradición folklórica y la mezcla con rock. De hecho en De Ushuaia a la Quiaca hace como una especie de relevo de ritmos locales muy interesante, y es un proyecto noble, además hace buenas canciones. También esta Leda Valladares, ella me parece genial, su obra es increíble, a parte de las cosas con María Elena Walsh, también hace un relevamiento de canciones pasadas de generación en generación oralmente, mayoritariamente vidalas, música del norte, cosas muy trivales, despojadas, a capella, o con instrumentación mínima. También Atahualpa, ¿qué voy a decir yo de él?
El problema principal con nuestra (no me siento muy cómodo usando esa persona) percepción de nuestra tradición (acá no me molesta tanto el "nuestra") es que somos un país muy bananero, o una ciudad muy bananera, porque me parece que tenemos que hablar de la producción musical porteña. Acá León hizo lo que hizo porque el también se leyó todo el libro y sabe quiénes son y qué hicieron Pete Seeger y Allan Lomax, pero después no hubo gente que le hable a su generación desde la tradición. La tradición acá es como una malapalabra, miramos mucho para afuera. Sólo basta con que venga el infradotado de Devendra Vanheart (o como mierda se escriba) a decir que le gusta Altahualpa y Mercedes Sosa (?!) para que los pelotuditos de la inrocks salgan a hablar maravillas del pobre Ata. Sole de Arequito ya se los había dicho giles!! A ella no la escuchan, no?
Freakfolk my ass!!
No sé, yo la verdad es que nunca escuché mucho folklore, me hago cargo de que me cuesta lidiar con la tradición como algo distinto a lo que nos embutían en la primaria, pero bueno, si me explican con paciencia entiendo.
¿Qué puedo decir del Jazz? Cuando era chico mi amigo Román tenia un hermano grande que se llama Damián (años más tarde lo vi en tanga de leopardo, pero esa es otra historia...) y él me mostró haciéndose el canchero un disco de Coltrane que se llamaba Interestellar Space. Desde ahí que me pareció lo más toda esa movida. El loco tenia un batero indú (Rashid Alí) que tocaba de una forma que nunca había escuchado antes, sonaba mucho más fuerte que Sepultura y Pantera juntos, enojados, y calientes, y lo había grabado en el ´65 cuando Phil Anselmo ni siquiera había nacido (o era cambiado por su madre). Desde ahí supe: cuando sea viejo y esté cansado de todo, sólo voy a escuchar jazz. Aún lo creo. Para mí el Jazz (y a riesgo de sonar como un boludo con pitucones en los codos) es un lenguaje musical distinto, pero no distinto como la pera es distinta de la manzana: distinto como Riquelme es distinto al resto de los jugadores. Así. Como dijo no sé si Archie Shepp o Albert Ayler (no me acuerdo cuál...) "ya no se trata de notas, se trata de sentimientos".

1 comentario:

Bruno dijo...

Vero, muy bueno, leí todo lo que no conocía, Malcriada me encantó, Volver al Futuro y la entrevista a sensei Parodi, también, quiero más...beso (firmo como brunei22, pero soy mari)