martes, 29 de julio de 2008

La educación sentimental (parte II)


Q: veo que estás ensañado con la Inrockuptibles, ¿por qué? Hablemos de revistas de rock. Yo nunca fui muy lectora de revistas de rock, me acuerdo que en una época heredé la colección de mi primo: Cerdos y peces, Expreso imaginario, Pelo, pero no las leía. Me gustaban las fotos de la Expreso, eso sí. Todavía las tengo, la mayoría están recortadas, cual Anteojito o Billiken. Vos me decías que en realidad más que leer revistas leías Funzines...


A: Bueno,"vamos por partes" dijo el rabino: en primer lugar me parece que el periodismo musical es, en el mejor de los casos, perjudicial. Digo, como institución, ¿no? Y para hacer ese recorte hay que generalizar. Cuando hablo de "periodismo musical" tengo que hablar de medios como la Rolling Stone, Irockuptibles, y demás revistas que vemos en los escaparates y que nunca leí. También caerían en la volteada medios como MTV, Rock & Pop, VH1...

A mediados de los años ´50 en Estados Unidos (esto lo vi en una peli...) hubo un problema en torno a las "payolas". Esta palabra tan rara nombraba una práctica por medio de la cual los sellos discográficos lograban, intercambio monetario de por medio, que se le diera más tiempo de aire a ciertas canciones. Lo que está mal con respecto al periodismo musical es eso: estas revistas "especializadas" que nos dicen qué viene y qué fue, qué es clásico y qué no, se basan en números de venta, gustos personales que pueden no coincidir con el mío, coimas, regalos y favores sexuales, pero de música todavía nada...
¿Con qué autoridad la edición pedorra de ahora de la Rolling Stone se anima a decir que "los 50 mejores discos de la década" son tales o cuales?, ¿quién puso a la manga de gorditos sin novia que escriben ahí a decidir qué es y qué no es importante (teniendo en cuenta que estas cosas pudieran llegar a ser importantes)?
Los periodistas de rock, los medios de rock son como el colegio. ¿Viste que al final eso del caballo blanco con el que San Martín cruzó Los Andes era un burro? Bueno, el intercambio de "La balsa" entre Tanguito y Lito (Nebia) no fue tan así tampoco. Ellos crean un mito para que los "rockeros" lo repitan tooodo el tiempo, como un oficinista repite "buen findeeee...." todos los viernes a partir de las 16 hs sin parar y con un pequeño hilo de baba cayendo por la comisura de los labios.
No sé, no escucho radio, los suplementos jóvenes de los diarios sólo los uso para enardecerme, las revistas para ir a cagar y si son las mencionadas anteriormente no llego ni a la mitad del cago que estoy pensando: "ojalá tuviese la Pronto acá".

En cuanto a los funzines, que sé yo, los musicales de mi época tenían las mismas entrevistas, a los mismos grupos, las mismas preguntas, el mismo artículo sobre liberación animal recortado de un flyer de p.e.t.a, notas contra la penalización del aborto... Al menos ahí había columnas, escritos pedorros que eran divertidos, y estaba todo mediado por las ganas de pertenecer a algo, levantarte minitas, o ganar scenecredits, que a mi entender es algo un poco más noble que vender números y ganar anunciantes.

Q: Me toca preguntar, aunque ya lo sepa, ¿cuál es tu generación? ¿Cuál era el modo de circulación de estos funzines y cuáles eran los points?


A: Nací en el ´78, empecé a ir a recitales alrededor del ´93 o ´94. Creo que el primer show puramente hardcore (antes había visto a Fun people varias veces, ahí me enteré de la existencia de todo lo demás) fue uno en Burzaco. Lo organizaba Javo, que era amigo de mi amigo el Tuku, y tocaba en un grupo que se llamaba Actitud abierta. En ese show tocaban Bhakti, gran grupo de hc hare krishna, Natural, Actitud Abierta, y XAutocontrolX. Javo se enojó con Julián (cantante de Autocontrol) porque el muy larva se había quejado de la precariedad del evento arriba del escenario. No sé que le agarró, de todas las veces que vi a Autocontrol después (muchas) nunca los vi con mejor calidad de sonido o puesta. Supongo que estaría ofuscado por alguna otra cosa.
Yo no conocía nada de esta movida, cuando leía el nombre de Autocontrol con las X´s en los volantes pensaba que se pronunciaba "csautocontrolcs", no tenía idea de que era el stright edge. Tampoco que había gente que se reunía en torno a eso, u otras cuestiones.
Cuando llegué al show entré en una cancha de básquet de un club de barrio, había bastante gente, pero no era como la gente que veía en recitales de Divididos, Las pelotas, ni siquiera la gente que iba a ver a Ácido Camboyano o Calle de tierra. Estos eran distintos: tenían parches en la ropa (por todos lados) de grupos con nombres que me daban ganas de escucharlos, consignas anarquistas, veganas, pro choice. También ahí circulaban zines, K7´s, distintos panfletos… Todo el mundo hacía algo, todos te invitaban a participar de alguna movida.
Bhakti me asustó un poquito, Javo me presentó a Garuda (Patricio) que era un chico rubiecito, pelado, callado y muy cálido; también a Pablo, un poco menos simpático, te daba la impresión de que lo podías cagar a bifes.
Cantaron algunos mantras, después de todo eran hare krishnas, tocaron esos tambores y repartieron comida h.k. Cuando subieron al escenario empezaron a tocar con una fuerza que nunca había visto antes, tenían equipos de mierda pero sonaban increíbles: el cantante gritaba como si le estuviesen metiendo alfileres abajo de las uñas, Garuda parecía que se iba a quebrar en cualquier momento por lo mucho que se movía y gritaba todas las canciones al cielo, sin micrófono. Ah, estaban vestidos todos con ropa devosional (túnicas naranjas, zapatillas de lona). Después, Natural, el bajista tenía una remera de Jamiroquai (pensé que era cool, a mí me gustaba también, perdón). Ellos no eran tan heavy metal, en cambio eran melódicos, letras en primera persona, mucho mosh, mucho pointing finger, el cantante le daba el micrófono constantemente al público (amigos) que se sabía las canciones (emo). Después Autocontrol, en realidad Julián estaba de malhumor, tocaron al final, eran como las 5 de la fría mañana de Burzaco, y no estuvo bueno. Sin embargo todos insistían en cantar "autodescontrol, descontrol, descontrol, autodescontrol..."

Salí al patiecito y vi que había una mesa. En esa mesa estaban los que después iban a ser compañeros de escena: el mugre, Pichón, Paulita Ranci, Juli, Eli, y demás alimañas. Esa tarde había dado una clase de inglés así que tenía algo así como 15 pesos que fueron suficientes como para comprarme el "Libre Albedrío", que era un compilado hecho por Diego Lirios, que tenía temas de XeternidadX, Flores del sol, Bhakti, y Natural. También me compré el cassette de Autocontrol, Disciplina, y el primero de Vieja Escuela, "¿Decisiones?". Creo que también pegué un zine. No sé si fue un Remolino de Lirios, pilar del emo local.
Ahí me tiraron el dato de la feria de Congreso. Yo me pensé que iba a ser la misma gente del show, pero ni ahí, en la feria de zines de Congreso se juntaban ellos (que eran la generación más joven) y otros más punks, menos emo, hardcore o straight.
Esa feria funcionó desde los ´80 hasta finales de los noventa. Por ahí pasaron varias generaciones de jóvenes rebeldes, ilustrados, culposos de su clase en unos casos, lúmpenes en otros, pero todos coincidían en hacer bandera de cierta rebeldía. Los más históricos eran Patricia (hoy en Cumbia Queers), Gerardo dekadencia de Mar del Plata, Marcelo Pocavida (a veces), Nekro. Toda gente que era más grande que nosotros, que había vivido la movida desde sus principios en los ´80 y que de alguna forma nos adoctrinaba.
De la feria de Congreso (que se hacia en la plaza Dos Congesos, doh) después pasabas a conocer otros puntos de intercambio, de libros, zines, y relatos, como por ejemplo la f.o.r.a., la José Ingenieros…
También estaba el parque (Rivadavia). Eso era realmente raro, sobre todo porque era los domingos a la mañana. Me acuerdo que en un cumple de Sebastián (Expulsados) conocí a Gustavo de Longchamps. Él era un comprador de vinilos que me ofreció llevarme al parque la mañana siguiente. Nos encontramos en el tren que pasaba a las 10 de la mañana por Lomas en el último vagón. Había que ir temprano porque si no "te madrugan los buenos discos".
Durante mucho tiempo fui al parque, ahí básicamente se intercambiaban discos. Había gente que caminaba con discos que no quería más, y gente que caminaba deseando esos discos. El trueque era muy común. También había gente que se dedicaba a vender discos, puesteros, pero que no tenían puestos, tiraban las cosas en el piso y vos ibas y negociabas, como si compraras sábanas en Brasil, "ehhhhh 20 p por ese disco, te doy 15". A veces la cosa se ponía medio áspera porque llegaba la policía y si te veían con cosas tiradas en el piso asumían que era para vender (los vericuetos de la ley...). Así que cuando se corría la bola de que venían los ratis, todo el mundo se quedaba paradito en su lugar con las cosas sin tocar el piso. No te podían llevar, así que cuando la policía se cansaba todo el mundo tiraba las cosas al piso y el comercio continuaba.
En el monumento a la bandera, que estaba en uno de los extremos del parque, se juntaban los hardcore, obvio que fui como chancho a la batata ahí y no tarde mucho congeniar con la gente esta, después de todo eran gente copada que encima vendía discos re baratos. Después íbamos a comer una espantosa pizza Huggi´s a unas cuadras, luego cada uno se iba a su casa a disfrutar de las compras del domingo a la mañana.


Q: Ahora sí, ¿qué es el hardcore?


A: El hardcore es bien yanqui. La tercera generación de punks. Si tenemos que poner un principio, a lo mejor deberíamos hablar de Los Ángeles (la ciudad). Ahí había bandas que tocaban punk, pero como no eran los arty-farty neuyorkinos, (de hecho había un grupo que se llamaba The farts, tenían un slogan que rezaba: "fuck art, let´s fart", fart quiere decir pedo), tocaban más rápido, las canciones eran muuucho más simples, más cabezas. Un movimiento puramente juvenil, puramente marginal. Al menos eso dicen, porque ahora el h.c. es cosa de cheto.
Uno de los primeros grupos de hardcore, aunque muchos digan que tocaban punk, fue Black flag. Ellos, de la mano de Greg Ginn, un tipo que para aquel entonces ya era bastante grande, empezaron a tocar, editar discos a través de su sello (SST records) que durante los ´80 sería uno de los sellos independientes más importantes de EEUU, y sobre todo empezaron a girar por todos y cada uno de los pequeños pueblos de Norteamérica. Creo que ese fue el rasgo más hardcore de ellos. Pavimentaron el camino para que miles de otros grupos hicieran lo mismo. Do it yourself, pero de verdad. Tenían una camioneta que iba de una costa a la otra todo el tiempo, tocando y durmiendo en cualquier lado, editando discos ellos mismos, distribuyéndolos ellos mismos, generando en ese ir y venir un circuito de lugares para tocar no tradicionales, tocaban en casas, garages, piletas en desuso, pizzerias... Ahí los vieron miles de pibes que pensaron "esto yo lo puedo hacer..." y así surgieron bocha de grupos a través de todo el país. Pero todavía no tenía forma de hardcore puro y duro, eso iba a venir de la otra costa.

Washington D.C, desde 1978 que existe un grupo que se llamaba Bad brains, ellos fueron el primer y único grupo enteramente negro de hardcore que hubo. Obvio que ellos ni ahí que se hacían cargo del mote, todavía no existía. Pero tocaban rapidísimo, a diferencia del resto eran buenos músicos, y además eran rastas. Intercalaban canciones de un minuto y medio con reggaes muy roots. De ellos aprendieron un pequeño grupo de bandas de la zona que en un par de años iban a cambiar la forma de hacer y distribuirla música.

En 1979 se arman los Slinkees, ahí tocaban Jeff Nelson e Ian MacKaye, en ese momento no deberían tener más de 15 o 16 años. Tocan varios shows localmente, nada demasiado revolucionario, sólo una copia medio moga de los Bad brains. Pero tenían algo que los demás no, y era juventud. Esta condición es muy importante para el género, porque desde ahí es que están obligados a armar su propio circuito de lugares.
El negocio de la música está totalmente controlado por el negocio del alcohol. Si eras menor de edad en esa época no podías ir a shows, a los menores no se les puede vender escabio, si no vendes escabio no ganas plata: ¿para que queremos menores en nuestros shows?

Al año siguiente fletan a un par de integrantes (Los slinkees) y reclutan a un par más, se cambian el nombre y surgen los Teen Idles. Ellos giran, tratan de ir a California a tocar con Black flag, que para ese entonces eran como una especie de celebs. No pueden tocar, la madre de uno se avispa que le habían afanado la camioneta, los encuentran y los hacen volver. Sólo llegan a tocar un show y a conocer a la gente. Pero vuelven re cebados, ven que en los bares de L.A. a los menores les pintan "X" en las manos para que no les vendan alcohol.
El primer disco de los Teen Idles es el dischord records n° 1 (dischord es "el sello" indie de los ´80 y los ´90), el sello es gerenciado por Ian Mackaye y Jeff Nelson. En ese E.P. que se llamaba Minor disturbance, hay cuatro temas que hablan sobre minitas que actúan como si fuesen grandes y no les dan bola, sobre peleas (pasatiempo favorito de muchos de ellos) y sobre lo hecha mierda que estaba la escena porque estaban todos en cualquiera: escabiando, jalando ran, y anda a saber que más. En la tapa del disco hay dos puños cruzados con "X" dibujadas en las partes posteriores de las manos. "Métanse su alcohol y su circuito en el culo, nosotros no queremos esa mierda". A partir de ahí el resto es historia.

Después iba a venir Minor threat, el straight edge, otros grupos, otras escenas, otras ciudades, cada uno con sus particularidades. Pero básicamente el hardcore se trató de los pibes haciendo cosas para los pibes, nada de gente extraña metida en el medio, toda una red alternativa generada por chicos y chicas que hacían todo para divertirse, conocerse, viajar, y tocar.

Q: ¿Y Cap´n jazz? ¿son hardcores?


A: ¿Cap´n jazz? En realidad decirles hardcore a ellos me cuesta. Para hablar de Cap´n jazz hay que recorrer todo, pero vamos a resumir y decir que ellos son la tercera generación de emos (...y a mí que no me gustaban los géneros), sí de esos que se juntan en la bond los sábados a la tarde y que se pelean con los bloggers.
En 1985, cuando el h.c. en Washington se había corrompido, los shows eran muy violentos, a los shows iba gente que no entendía la movida, el éxito de algunos grupos generaba cierto resentimiento en otros, y la cuestión había dejado de ser tan horizontal. Además todos eran unos años más grandes, ya estaban empezando a pensar en cuestiones más subjetivas, menos scene talk, más me talk. Ahí se junta la segunda camada de bandas de la ciudad (Embrace, Rites of spring, Gray matter, Beefeater, Dag nasty), y corporativamente deciden dejar el hardcore: basta de mosh, basta de violencia, basta de letras en segunda persona, acusando al amigo que ya no lo es porque traicionó el contrato tácito de la escena. Ahora se habla de amor, de política, bah de lo mismo, pero usan la primera persona, se quejan, son EMOcionales.
En el medio de eso y Cap´n jazz hay mucho, pero básicamente desde ahí salen esos pibes, sólo que ellos ya son medio polémicos. Después de Cap´n jazz iban a venir Joan of arc (no tan polémico), Promise ring (re polémico) y muchos grupos que pusieron le pop al emo.

Q: ¿Por qué polémicos?

A: Con polémicos quiero decir "de mierda". A mediados de los noventa acá en Buenos Aires pegó el emo. Aunque el emo que pegó en Buenos Aires, venía obviamente de D.C, pero también había muchos grupos que ya habían sido influenciados por esa escena que fueron los que pegaron acá. En California había un sello que se llamaba Ebullition Rcs, ellos editaban cosas de Still Life, Portraits of past, Fuel (esto es reedición, originariamente salió en "Rough trade"), Troches to rome; también estaban los frances, Anomie, Undone, Fingerprint, Vanilla... Todos salían por un sello que se llamaba Stonhenge.
También estaban los grupos de 3 one g, esos eran los Swing kids, Unbroken, etc., y finalmente por el lado de Chicago, entre la música D.I.Y, más orientada al emo, estaban los Cap n´jazz, entre otros, ¿no?. Ellos eran unos pibitos que editaban por un sello ignoto, tenían temas medio perdidos en compilados y un L.P que valía una fortuna y era muy difícil de encontrar, hasta ahí, todo bien. Lo jodido vino cuando Jade Tree, un sello que estuvo muy de onda a finales de los ´90 editó un Complete discography que tenía un nombre muy largo, irreproducible, lo siento. Ahí se pudrió, explotó el mito. Porque a parte de ser caro y difícil de conseguir, el material de Cap n´jazz estaba bueno, tenía mucha energía y hasta aquel entonces hacían algo que no se había hecho: mezclaban la desprolijidad amistosa y canchera del indie Low Fi con la energía del hardcore, letras con juegos de palabras chiclosos y pegadizos, melodías lindas, desafinadas, partes de gritos que hacían que nuestros padres se taparan los oídos, y además, estaba bueno para escuchar mientras estabas triste. Grosso. Pero lo grosso se terminó cuando empezó a estar por todos lados, los integrantes de Cap ´n jazz se separaron en dos grupos que fueron más exitosos que el primero. Por un lado los Kinsella, que eran dos hermanos irlandeses que cantaban y tocaban la guitarra formaron Joan of arc, canciones que parecían a medio hacer, definitivamente tirados al indie Low Fi, depuraron el hardcore, y el emo. Algo pretencioso pero todavía con cierta dignidad.
Por otro lado, estaban los Promise ring. Los primeros dos discos todo bien, pop villero, influencias del indie yanqui, canciones que hablan de rayos de sol, paseos en bici… Después todo el mundo empezó a hablar de "las mariposas que aparecen en mi panza cada vez que escucho Promise ring...", medio como que se pasaron de la raya, es como que el h.c. es menos easy listening, ¿cachai?
El hardcore domesticado no da, es como esos putos que se quieren casar, ¿para qué te vas a casar como un hétero si precisamente ser gay se trata de negar ciertas convenciones que apestan?, ¿justo eso vas a hacer?
A decir verdad, como me inspira mucho más cariño un puto lumpen que esos putos de utilísima que preparan tortas para las señoras, me gusta mucho más un grupo que es villero y se queda así. Lo feo que hicieron los Promise ring fue hacer del h.c. algo entendible para todos. Apuesto que si mi vieja escucha Promise ring le gusta, y esa no es la idea, ¿no?


Q: Hablemos del harcore argentino. Me acuerdo de una banda (horrible, re de chicos) que me hiciste escuchar una vez, con unas letras muy misóginas, pero críticas a la vez del modelo femenino convencional…


A: Vamos a ver, el hardcore es, muy a pesar de él, misógino. Al menos cuando yo frecuentaba el ámbito lo era. Ahora me dicen que hay bocha de minitas en los shows (malísimo, siempre a destiempo yo…). La forma de baile, y demás cuestiones, relegaban a la mujer al fondo del salón porque si iba adelante cobraba. Cuando empieza el show se pudre y no se ve a quién se tiene al lado, abajo o arriba. Lo que sí hay es mucha energía homosexual. Imaginate: doscientos adolescentes, transpirados, musculosos en cuero tirándose uno arriba del otro, intercambiando transpiración, todo muy gay, todo muy involuntario, todo muy inocente.
Es box populi el personaje de la novia hardcore sostenedora de campera mientras el novio/primo/amigo hace pogo, ese era el lugar de las chicas lamentablemente. También está la novia mudita. No en vano los 7 Seconds (de nevada) hicieron un tema que se llama "Not just boys fun" donde incitan a integrar a las chicas al baile h.c. Unos genios.La banda de la que te hablé ni me acuerdo, pero en la pregunta definiste al 98% de los grupos de h.c porteños.

¿Hardcore argentino? No sé, mi relación con el empieza cuando veo a Fun people, ahí conozco miles de personas y movidas. Un disco que me introdujo más al mundillo fue un compilado editado por Frost Bite que se llamaba "Asunto nuestro", así, re mala onda, "rebirth of hardcore pride!!!" Ahí había canciones de Anesthesia (pre Fun people), dos gemas de la primera formación de XautocontrolX, I.T.A. (ideas totalmente adolescentes, pre Bhakti), y varios grupos más que nada relacionados con el straight edge.
Otro disco muy importante para toda la movida es el "Mentes abiertas", que fue un compilado que se editó a principios de los ´90 con grupos de la primera camada, N.D.I (no demuestra interés), E.D.O (existencia de odio), D.A.J (diferentes actitudes juveniles), 2 minutos, B.O.D (buscando otra diversión) Krisis Nerviosa y Venganza. Ahí se nota la influencia de la escena h.c. de finales de los ´80, muy relacionada con la cultura skinhead, el oi music. De hecho, el primer disco de 2 minutos es un disco oi, las letras son re peronistas (sé que odias el término, pero te juro que son peronistas) la música super skin, sentimiento barrial, orgullo obrero.
Igual yo todo eso no lo viví, vi el coletazo de algunas de esas bandas en vivo, pero lo mío es la escena straight que giraba en torno a “Continuará” (bar de Palermo). Ahí se hacían fechas los domingos a la tarde. Te citaban a las 6 de la tarde, una vez fui a esa hora y el lugar todavía estaba cerrado, ni siquiera habían empezado a probar sonido, siempre empezaban, como temprano, a las 11 de la noche. En esa escena había buenos grupos, estaban los mencionados XautocontrolX, Vieja escuela (al principio, antes de la locura sXe), XeternidadX, Xactitud de cambioX (geniales), Xfuerza y decisiónX, Indiferencia... Después, en el Club del Arte, que era otro tugurio, pero eso fue un par de años más tarde.
Ahí empezó el emo acá. Pero era un emo más crusty, villero, gritón. El pilar fue Whisper, partes tranquilas que sólo servían para que la parte de gritos, bailes agachados, zapatazos contra el piso, agarrada de cabeza, rotura de equipos, tuviese más valor. Otros grupos eran Flores del sol (apestaban pero todo bien), Catarsis
No sé, después, grupos crusties, que es una rama punk, pero más extrema, temas de 30 segundos, que no se entendían nada. Lejos, los primeros y mejores exponentes del género fueron los Sentimientos oprimidos, canciones muy cortas intercaladas con discursos muy largos y políticos, antisexismo a full, miles de signitos que representaban una determinada postura con respecto a distintos sigues políticos, muchísima suciedad, (bañarse era burgués).
También había grupos de Uruguay que venían todo el tiempo para acá, y que visitábamos nosotros también. En Montevideo estaban los Hablan por la espalda, Purpura, que después de convirtió en Faraday, que después de convirtió en Santa cruz y Vitrio caccatore, y en Santa Lucía estaba Depresión adolescente.


A: No odio el término “peronismo”. Sería ridículo odiar una terminología, (sí es que lo es, tuve miles de discusiones con Stephen sobre el mal uso de ese “ismo”. Él me lo reprochaba como si yo fuera culpable de ese “error” terminológico, bla, bla, bla). Simplemente me niego a usarlo como adjetivo de cualquier cosa, (me encanta está taza, es re peronista, por ejemplo). Me violenta escuchar gente importante, y no tanto, de la cultura, en reuniones literarias, haciendo un uso gratuito del término, para hacerse los graciosos o generar complicidad en los demás. Me parece no sólo peligroso, en un momento en donde el oficialismo se ha apropiado completamente del término para captar adeptos, sino porque además como buena hija y nieta del Peronismo, entiendo que adherir a esa política implica comprometerse con ciertos valores de clase. Y aunque más tarde muchos intelectuales arrepentidos de su testaruda oposición a una política (pragmatista, diría Steve) que mal que mal incluía y defendía los derecho de la clase obrera, hayan proclamado un: “Pocho, volvé, ¡te perdonamos!”, hoy, me parece que está de moda, y me resulta más ideológico que el término mismo.
La pregunta es ahora, ¿qué es el “oi”? Nunca escuché nada parecido.


A: El oi en este contexto es como un grito de guerra skinhead, cuando están todos juntos gritan oi oi oi, a lo que los punks responden "...oi oi oi, por el culo te la doy...". También es un género musical, oi music.
A finales de los ´70 cuando el punk inglés ya era rock, todos se habían hecho famosos y no jalaban más ran y tenían contratos con sellos grandes, los pibes ingleses de barrios obreros empezaron a tomar parte de la estética punk, parte de la estética skinhead de finales de los ´70 y generaron una segunda camada de grupos mucho más lumpenes, con temáticas más barriales, todos hinchas de equipos de fútbol, violentos, algunos fascistas, asociados al National Front que era una especie de partido político de extrema derecha. Algunos de estos grupos son los Cockney rejects, Cock sparrer, 4 skins...En argentina el oi music tuvo bastantes adeptos, sobre todo en los ´80. Defensa y justicia, donde cantaba Ciro Pertusi, era uno de ellos, los Comando suicida, Calle de tierra, el primer disco de 2 minutos. Incluso, cuando Comando suicida saca su 7¨, "Al k.o", hacen un cover de los 4 skins que se llama "Kaos". Orgullosos de cómo quedó su versión le mandan una copia a los 4 skins para que vean lo que sus colegas sudamericanos habían hecho. La respuesta que reciben es el disco que enviaron lleno de mierda y una carta insultándolos y remarcando su condición de sudamericanos. La canción dice así: "Acaso no recuerdas/ en el 77/ con todos los skinhead/ en su máximo esplendor/ una mueca en su cara/ buscando siempre lucha/ buscando siempre acción/ Vuelven los skinhead/ otra vez las botas/ y el que se nos cruce/ lo vamos a destrozar!/ Somos la vieja estirpe/ los vamos a coger/ somos la vieja estirpe/ los vamos a matar/ Desde el orden/ la potencia resurgió/ y en todo el mundo/ el skinhead floreció/ Orgullosos y honrados/ de su condición/ Violentos y agresivos/ luchando por la Oi!/ Vuelven los skinhead/ otra vez las botas/ y el que se nos cruce/ lo vamos a destrosar!/ Somos la vieja estirpe/ los vamos a coger/ somos la vieja estirpe/ los vamos a matar/. Skinhead!/ Vuelven las bandas,/ caos en la ciudad/ Skinheads en todas partes,/ skinheads en el bar/ Skinheads unidos,/ en las huelgas a luchar/ Skinheads en paro,/ caos en la ciudad Kaos,/ Kaos, Kaos!/ Don´t give a toast!."


Q: ¡Qué miedo! Expulsados ¿eran hardcores? Tocaron varias veces en tu casa de Lomas de Zamora, en el "Nachopalooza"? ¿En qué año fue eso? ¿Qué otras bandas tocaron?


A: Ni ahí que eran harcore Expulsados, no quiero ser malo porque son buena gente, bah Seba es bueno. Pero si lo tuviese que definir hoy diría que son un tributo a los Ramones, con la diferencia de que ellos componían sus propias canciones (muy buenas por cierto).
A ellos los conocí en Villa Gesell, los vimos con unos amigos de aquel entonces (Leosh, Tiago, mi hermana Natalia). Sebastián, que es el pibe que canta, tenía el pelo verde como Billy Joe de Green day. Hicimos onda, les dimos unos chorizos fríos queteníamos del día anterior porque tenían hambre y nos hicimos amigos, buena onda. Tocaron en casa un par de veces. La primer vez fue una que no sé porqué mis viejos no estaban, éramos re pendejos, ni siquiera nos quedamos solos, estaba mi abuela cuidándonos. Corrimos las mesas y sillas del comedor y tocaron el living para unos amigos y mi abuela. No sé qué habrá pensado ella de todo el asunto...
La segunda vez que tocaron en casa fue en el "Nachopalooza", creo que estaba cumpliendo 15 o 16, hice una terrible fiesta e invité a tocar a Expulsados, estuvo bueno. Al año siguiente repetí, pero ahí tocaron los Tendones (grupo de la Dana muy influenciado por Mal momento) y Sin alternativa, ahí tocaban charly, (Dora Brown), Celso y cantaba Huevo, hacían grunge, obvio.


Q: ¿Cuándo un chico como vos se abre del mundillo harecore?, ¿cuando crece?


A: Hay chicos que nunca crecen, o nunca despegan del h.c. La otra vez se reunió Autocontrol y dio un show en Avellaneda. La verdad que tenía ganas de ir, pero sentí que iba a ser como una especie de reunión de la secundaria, iban a estar todos viejos y en la misma y me iba a deprimir. Encima era en Avellaneda y domingo a la noche. ¡Ni ahí!

Que sé yo, creo que el hardcore es muy didáctico, yo ahí aprendí mucho, conocí mucha gente, viajé. Cuando tenga un hijo lo voy a hacer andar en sk8, y que vaya a recis h.c. Es una buena forma de conocer larvas, aprender cómo es la movida en la calle. La cuestión es que alguna gente toma lo que sirve de eso y mueve, y otra no. Como todas las cosas buenas en la vida, la clave está en saber cuándo decir basta.

lunes, 21 de julio de 2008

With a little help from my friends

Antes de grabar un disco hay que pensar mil cosas. Hay que definir el sonido que querés, pactar, lidiar con los técnicos. Si sos una chica, te van a boludear. Si vas a grabar con Marilina Calós, tal vez no sea tan terrible. Una buena cara de culo a tiempo quizás te ahorre la mala sangre.
Hay que diferenciar la grabación de la mezcla y la masterización. Hay que aprender a expresarse, a pedir lo se quiere: acá, la voz más adelante; allá, la guitarra más atrás; más o menos cámara, intensidades, colores, texturas. Tenés que aprender a hablar, saber comparar y diferenciarte, armar frases claras y concisas.
Intentarlo es saber escuchar a los sabios, tomarse el trabajo de reconocerlos en los amigos.



Cuestiones de género (parte I)




Q: ¿Te interesa hablar de música en términos de género?



A: Como interesarme… En realidad no, me chupa un huevo el género. Pero no puedo negar que es práctico en pos de ordenar la escucha y su consecuente perorata. Las categorías siempre son económicas y ahorran tiempo. Aunque a decir verdad, cuando leo una nota en la Inrokuptibles que habla de "un post rock, con leves notas freakfolk, que maneja un preciosismo sin precedentes en la escena local..." siento ganas de inmolarme.

Q: ¿Qué es el post rock?



A: El post rock es un género medio intelectualoso de música que se hizo durante los ´90 mayoritariamente en la ciudad de Chicago. Formalmente la música post-rock consiste en tomar la estructura/textura del rock y sacarle cualquier vestigio de diversión que pudiese tener. Para más información podés recurrir a las páginas de http://www.thrilljockey.com/ o http://www.dragcity.com/, y ahí vas a encontrar un largo catálogo de grupos cultores de dicho género y otros que están buenos.



Q: Una vez vos me decías que lo que más te interesaba de una banda era ver a los músicos divirtiéndose en el escenario, ¿en qué sentido entonces te interesa el post rock, ese rock vaciado de divertimento?




A: Si, es cierto. Lo que más me interesa cuando veo/escucho a un grupo es notar que los músicos se divierten, que en realidad es una forma simple de decirlo. Lo que me flashea es que los pibes estén comprometidos con lo que están haciendo. Puede ser que en algunos casos la diversión no sea la mejor forma de definir el sentimiento, pero cuando notás que el tipo (o mina) que está tocando ahí la está pasando bien haciendo lo que hace, que se lo está creyendo y que no está simplemente entreteniéndote, que lo está haciendo por él (o ella), por su propio goce, eso me gusta. Desde ahí se arma el verosímil del asunto. Tal vez haya grupos de post rock que estén buenos en vivo, yo no vi muchos, sólo vi a Tortoise (que son como una especie de jefes del movement) y la verdad que me pareció aburrido, no recuerdo bien porqué. Tal vez porque me resultaron pretenciosos, el género en general es pretencioso.
La movida es mezclar ciertos códigos del jazz (generalmente los peores ticks de fusión grasa que le gustaría a Diego Juan /Galotti) con lugares comunes aún más odiosos del indie blanco y universitario yanqui. Babilonia.


De todas formas hay cosas que están buenas, inevitable es nombrar a Slint de Lousiville, que son los originators de la movida, primer disco en el ´89, también Gastr de sol, de donde salen Jim O´Rourke (que terminó tocando en Sonic Youth por un tiempo entre miles de millones de otras buenas colaboraciones) y Jon McEntire que después fue el frontman de Tortoise.



Q: ¿Es posible hablar hoy de géneros musicales? Me acuerdo que una vez leyendo un ensayo de Rafael Cippolini me preguntaba si habría tantos subgéneros como músicos.



A: Me parece muy acertado lo que dice Cippolini. En realidad no me gusta usar las siguientes categorías que voy a manejar, pero es imposible, lo siento. La música es música, punto. Después, qué tipo de música toques, con qué intensidad, con qué grado de dificultad, a qué velocidad, y con qué texturas te manejes, depende de cómo te sientas cuando tocás, qué amigos tengas, qué comida comas, cómo camines o qué drogas tomes. El género no importa, es algo a posteriori, son formas de envasar algo para poder venderlo. Encuadrar la música en un género (la literatura/pintura/poesía, etc.) es uno de los tantos momentos que ayudan a transformar a la música en mercancía.


Volviendo al Rafa, cuando hablamos de que hay tantos subgéneros como músicos, en realidad yo diría que hay tantas formas de interpretar la música como músicos. Los géneros son determinados por las demandas del mercado. En realidad si lo pensás no hay mucha diferencia entre cosas que son supuestamente opuestas, pero lo que cambia siempre es el paratexto, la forma de presentar la jodita. En realidad lo que pienso es que deberíamos dejar de pensar todo como si fuésemos positivistas. Las enciclopedias ya fueron, las listas no dan, las clasificaciones aburren. The message is in the muuuuuusiiiic!!!



Q: Además de que encuadrar la música en un género es un momento fundamental para el marketing ¿creés que los géneros musicales son producto de un contexto? Quiero decir, una época y un territorio. En caso que la respuesta sea afirmativa, ¿cómo ves esos géneros funcionando fuera de ese campo socio cultural?




A: Los géneros musicales como dije antes son productos del mercado. Hay que organizar de alguna forma la merca. La música definitivamente (creo) es fruto de miles de variables (estéticas, políticas, personales, sociales, geográficas, etc...) que atraviesan la cabeza del drogadicto que la está ejecutando. Si escuchás blues podés escuchar trenes, paisajes despojados, historias sobre plantios de algodón, ahorcados, gente que mata a sus familias porque no tiene qué darles de comer. Si escuchás disco music vas a escuchar efectos para satisfacer al bailarín que está ahí flasheando con ellos, el sonido, y la movida (taking drougs to make music to take drougs to...). Si sacás de contexto el género, se pudre!! Miralo a Dylan, él tomó toda la tradición de la música folclórica de su país, se leyó tooodo el libro, robó discos y se los aprendió de adelante para atrás y de atrás para adelante, fue a visitar a Woody al hospital, después se cansó de toda la escena esa revisionista con códigos muy estáticos, tomó lo que le gustaba de la movida, se mudó a Nueva York, la flasheó, se enchufó, corrió el contexto de todo, y voila, dio vuelta al mundo como un panqueque.


Otro ejemplo son los djs jamaiquinos. Desde principios de los ´70 en Jamaica la música se movía a través de los soundsystems, que eran camioncitos (o no) llenos de parlantes que iban de barrio en barrio armando fiestas en la calle, spreading the gospel o jah, había un dj, generalmente tenían echoe, delay, y sobre todo un Mc (maestro de ceremonia) que fritaba sobre los discos que el dj cortaba y reproducía en loop, haciendo de algo ya existente otra cosa. En un momento un jamaiquino se muda a Nueva York y los pibes se copan, pintan soundsystems en el Bronx, batallas, mcs que en vez del patau jamaiquino rapean (fritan) de la única forma que pueden hacerlo que es con su acento, sus giros idiomáticos y sus preocupaciones y satisfacciones entonces, estamos escuchando rap.





Q: Agotemos el tema así después podemos hablar en otros términos ¿qué te gusta del género rock? ¿del punk? ¿del folklore (argentino/latinoamericano)? ¿del tango? ¿del jazz? ¿del soul? ¿del blues? ¿del rap? ¿del dub? ¿del pop? Algún otro género que creas importante definir conceptualmente, sin hablar del Harcore al que le vamos a dar un protagonismo especial, porque es un género que realmente no comprendo. Me interesan definiciones precisas, no técnicas, si es posible, sino que señalen el espíritu del género. Antes, decías “el blues es gente que mata a su familia porque no puede darle de comer” ¿se entiende?


A: Para mí hay momentos de la música (fijate como me esfuerzo en esquivar la palabra género) que me parecen que tienen más importancia que otros, o que aportan cosas que duran más. Es como que de cada momento se van desprendiendo sedimentos que se toman en otro lugar, años más tarde, para construir otra cosa totalmente distinta. Por ejemplo el northern soul, a finales de los ´60/pincipios de los ´70 en el norte de Inglaterra. Los pibes empezaron a mostrar mucho interés por el soul norteamericano -que por haberse dado a la par del surgimiento de los massmedia, además de ser increíblemente emotivo/divertido/bailable, fue uno de los primeros movimientos pop, y de su reinterpretación surgieron muchas cosas muy interesantes, como es el Reaggae, por ejemplo-. Lo que hacían los djs de estos clubes era juntar unos pesos, iban a revolver galpones y ventas de garage en E.E. U.U y volvían con gemas desconocidas, rarezas, grupos que editaban un solo simple y ni siquiera grababan un LP, grupos con formaciones inciertas, música de productores, con el acento en distintos lados del proceso de producción. Una vez que llegaban a Inglaterra pasaban esos discos en clubes donde se bailaba hasta las 6 de la mañana (allnighters), se tomaban anfetas (Araca el negro de Quadrophenia que guardaba pastillas azules en su sombrero), se bailaba con pasos no conocidos hasta aquel entonces, movimientos más enérgicos, alguna que otra maroma, hay quienes ven acá un antecedente directo del Breakdance. Pero lo más revolucionario que hacían los djs era no decirle a nadie quién hacía estás canciones. Ellos pasaban la música no de la copia original, sino que mandaban a hacer acetatos, que son una forma de copiar vinilos, un material blando que sólo resiste pocas pasadas. Los más radicales/cabezas directamente pegaban un papel sobre la etiqueta del disco para que se lea el nombre del interprete/productor. Con este simple y mezquino gesto lo que estaban haciendo era apropiarse de esas canciones, crecía su prestigio, la gente los iba a escuchar porque era la única oportunidad que tenían de bailar esa canción genial que nunca habían escuchado en ningún lado, y eso ponía al dj en primer plano. Daba vuelta toda la concepción de producción y propiedad artística, expropiación!!! Eso para mí es super político, más político y efectivo que cualquier canción de Phil Ochs (No that there´s anything wrong about him).

En cuanto a los otros géneros que me decís, que sé yo, el Punk también es muy fuerte conceptualmente, hay grupos como Crass que más allá de imponer una agenda temática muy anarca, empezaron a hacer cosas muy interesantes en la distribución de sus discos, la organización de los shows, etc. Nunca cobraron una entrada (bah, una sola vez, rock against racism??). En la tapa de todos los discos ponían "pay no more than 45 p" que luego se volvió una leyenda obligatoria en cada disco punk. En cuenta definitiva, hicieron del "Do it yoursef" un paradigma estético y ético. Además no sabían tocar mucho y eso los hacía sonar como nadie. Pavimentaron el camino para que muchos chicos y chicas alrededor del mundo pudieran creer que podían hacer algo, así que, grosso.

Al Tango todavía no le entré con fuerza, tal vez dentro de un par de años. Ahora me imagino a Gustavo Pardi con Leo Sbaraglia vistiendo pantalones marrones con una camisa blanca y chaleco de lana negro en el Bar de Roberto y me muero de depresión. De todas formas sé que cuando me deshaga de esa imagen va a ser algo que voy a disfrutar mucho.


El Soul es todo, junto al Blues (también hay música floklórica africana y oriental, cosas más primitivas, no?) Creo que forman los cimientos de lo que hoy conocemos como música. Tiene momentos también, sellos, ciudades, años, miles de variables, pero básicamente es música muy pegadiza, o muy romántica, o muy oscura. Está Motown, que es más pop, al Sr Gordy le gustaba el bille, entonces Holland Dozier y Holland, los productores estrellas del sello, trataban de meterse dentro de la cabeza (entre otras cosas) de las niñas de 15 - 16 años de la nación y generaban un imaginario muy gracioso de lo que es la vida de una adolescente: "Chicas/ reúnanse alrededor mío/ y escuchen las noticias/ Finalmente me besó/ Oh, días felices/ mi corazón tiene que gritarlo/ voy a buscar mi diario y escribiré al respecto", genial.
También estaba Smokey, el personaje de él era un negrito lindo, sufrido, que trataba constantemente de convencer a las hormonales niñas de que a pesar de ser un chico sonriente y alegre su corazón estaba en ruinas, "La gente dice que soy el corazón de la fiesta/ porque digo un chiste o dos/ aunque pueda estar riéndome alto y de corazón, en mis adentros estoy triste/ así que mirame a la cara/y vas a notar que mi sonrisa está fuera de lugar/ si mirás de cerca es fácil de rastrear/ los corredores de mis lagrimas", me convenció.
Después había otras cosas más roqueras, Stax, Volt, Atlantic, sellos menos conocidos, Ottis, Aretha, más Gospel, Stple Singers (I´ll take you there!). Por otro lado, el gran Curtis Mayfield, podría seguir por siempre.

El Blues es genial, personalmente recomiendo la primera etapa, el blues del delta: viejos que fueron descubiertos por fieldrecorders (como el gran Sr Lomax) en fábricas, plantaciones, cárceles. Guitarra, voz, a veces sólo voz, otra armónica. Leadbelly, Blind Lemon Jefferson, Robert Johnson, obviamente.


El Rap es lo más, ya hablé un poco antes, género que supo ser muy noble y que ahora se encuentra en el tramo más oscuro de la danza dialéctica, pero que todavía hace bailar y convoca las partes más nobles de la percepción.


¿El pop? realmente no entiendo muy bien de qué se trata. Creo que el 99 % de la música que nos llega es pop. No depende de cómo suena, sino de cómo se distribuye y produce. Qué se yo, el pop es malo.


Me dejo el Dub para el final: yo creo que en Jamaica se dio el movimiento más revolucionario a nivel conceptual y seguro que fue sin querer. En la isla se escuchaba Soul, Calipso, Rocksteady, y como los discos eran caros y querían que la movida tenga calor local, la gente empezó a hacer covers de temas como podían, mezclándolos con ritmos caribeños, fumando bocha de porro. Tanto porro fumaron que pensaron, ¿qué ponemos el otro lado del disco? (simple de 45") Otro tema no da, y otro dice: "ya fue, agarremos la base del tema, mezclémosla un poco más, tirale un poco de delay a la voz, sí, sí al tacho también. Pone el bajo adelante, así suena como la puta que lo parió, y listo, tenemos otra cosa con los mismos materiales" Acá hacen algo bastante radical: decidieron que lo importante ya no era el momento de la ejecución, sino que ahora lo que definía todo iba a ser lo que hacían después. Ya no se trataba de tocar el bajo y la batería, sino de girar perillas, de poner echoes, de superponer pistas. El capitán del barco es el productor, el operador. No hay caras, hay sonidos. El paso siguiente es el soundsystem, a parte de los productores estaban los djs que remezclaban esas mezclas y el mc cantaba encima. Lo que salía era otra cosa, lo que usaban seguía siendo lo mismo. Costo cero. Música barata, bananera, genial. ¿El autor? Bien, gracias. ¿Quién es?, ¿quién firma este monstruo?, ¿quiénlo cobra?, ¿a quién publicitamos? Toda la estructura de la música hecha hasta aquel entonces, al carajo. Seymour Stain, ¡te querés matar! Aguante el porro.

Q: Te faltó el jazz y el folklore argentino. El folklore es un género que pareciera no interesarles mucho a los chicos cancheros del ambiente del rock, al mismo tiempo que sobrevaloran el folk norteamericano. Si Dylan siempre es una referencia, por qué no se interesan en explorar un poco este ritmo, para ver con qué se encuentran, robar, nutrirse, para a ver qué sale.


A: Sí, es cierto que acá el folklore nunca tuvo una reivindicación, aunque no estoy de acuerdo con eso de que el folk yanqui está sobrevalorado, a mí me encanta. Cualquier cosa podés hacer dos cosas: la primera sería bajarte la "anthology of american folk music" de folkways records compilada por el gran Harry Smith, o también nos podemos encontrar en una plaza y cagarnos a piñas hasta que arreglemos el asunto. Vos elegís.
Acá el folklore nunca tuvo un exponente joven y canchero como Dylan, aunque a mí me gusta y respeto mucho a Leon Gieco (boing!!) que toma una cierta tradición folklórica y la mezcla con rock. De hecho en De Ushuaia a la Quiaca hace como una especie de relevo de ritmos locales muy interesante, y es un proyecto noble, además hace buenas canciones. También esta Leda Valladares, ella me parece genial, su obra es increíble, a parte de las cosas con María Elena Walsh, también hace un relevamiento de canciones pasadas de generación en generación oralmente, mayoritariamente vidalas, música del norte, cosas muy trivales, despojadas, a capella, o con instrumentación mínima. También Atahualpa, ¿qué voy a decir yo de él?
El problema principal con nuestra (no me siento muy cómodo usando esa persona) percepción de nuestra tradición (acá no me molesta tanto el "nuestra") es que somos un país muy bananero, o una ciudad muy bananera, porque me parece que tenemos que hablar de la producción musical porteña. Acá León hizo lo que hizo porque el también se leyó todo el libro y sabe quiénes son y qué hicieron Pete Seeger y Allan Lomax, pero después no hubo gente que le hable a su generación desde la tradición. La tradición acá es como una malapalabra, miramos mucho para afuera. Sólo basta con que venga el infradotado de Devendra Vanheart (o como mierda se escriba) a decir que le gusta Altahualpa y Mercedes Sosa (?!) para que los pelotuditos de la inrocks salgan a hablar maravillas del pobre Ata. Sole de Arequito ya se los había dicho giles!! A ella no la escuchan, no?
Freakfolk my ass!!
No sé, yo la verdad es que nunca escuché mucho folklore, me hago cargo de que me cuesta lidiar con la tradición como algo distinto a lo que nos embutían en la primaria, pero bueno, si me explican con paciencia entiendo.
¿Qué puedo decir del Jazz? Cuando era chico mi amigo Román tenia un hermano grande que se llama Damián (años más tarde lo vi en tanga de leopardo, pero esa es otra historia...) y él me mostró haciéndose el canchero un disco de Coltrane que se llamaba Interestellar Space. Desde ahí que me pareció lo más toda esa movida. El loco tenia un batero indú (Rashid Alí) que tocaba de una forma que nunca había escuchado antes, sonaba mucho más fuerte que Sepultura y Pantera juntos, enojados, y calientes, y lo había grabado en el ´65 cuando Phil Anselmo ni siquiera había nacido (o era cambiado por su madre). Desde ahí supe: cuando sea viejo y esté cansado de todo, sólo voy a escuchar jazz. Aún lo creo. Para mí el Jazz (y a riesgo de sonar como un boludo con pitucones en los codos) es un lenguaje musical distinto, pero no distinto como la pera es distinta de la manzana: distinto como Riquelme es distinto al resto de los jugadores. Así. Como dijo no sé si Archie Shepp o Albert Ayler (no me acuerdo cuál...) "ya no se trata de notas, se trata de sentimientos".

martes, 15 de julio de 2008

MALA JUNTA III: Preparto party people

Había mandado por mail la gacetilla que Marilina hizo para la fecha del domingo: una foto nuestra, re bostera, con una gráfica que emula la letra de “Alicia Maravilla” a la perfección. Después, llamé a María, la dueña del local, como habíamos quedado. De algún modo, eso, me llevó todo el día. Di tres horas de clase y, al toque, se hizo de noche.
Tipo ocho y media estaba en Temperley. Había una Preparto party people en lo de Marichi, forzada por Rocío, para emborracharse. Me pareció buenísima la idea de reunirnos antes de que Sabrina diera a luz, darle la bienvenida a Edmundo, pero ni a mí ni a Sabri, Pablo, el amigo de Pablo y Marichi se nos había pasado por la cabeza hacer la partuza un lunes. Empezar la semana con resaca nunca es un buen plan. Sabrina estaba preparando el bolso para llevarse a la clínica, Pablo tenía que estampar un montón de remeras… Un cuelgue, yo tenía que dar clases al día siguiente a las ocho y media de la mañana, y ya a las diez, antes de que los chicos llegaran, Rosita, Maruca y yo, nos habíamos bajado el primer vino.
Al rato llegaron más, Sabrina, Pablo y un amigo con vino y cervezas. Rosita bateó un “welcome” y se hizo cargo de las bebidas. Marichi puso la mesa y sirvió unas berenjenas al escabeche riquísimas.
La delirante y fiestera de nuestra amiga quería hacer un asado. Me pareció una locura con el frío y la humedad que hacía. Pero por suerte Marichi la frenó en seco y sugirió un wok de verduras y pollo que le salió super razonable.
Todo era pura alegría. Los chicos en el patio fumando porro y afinando la guitarra, Rocío yendo y viniendo con el vaso lleno -según ella, arengada por Maruca. Era cierto, varias veces la había pescado señalando la heladera con complicidad-. Sabri una capa, con esa panzota llena de Edmundo se bancó a los borrachos fumanchines hasta la una y media, con sus chistes y canciones de siempre, como si nada pasara. Cómo si estar a punto de parir fuera lo más natural del planeta.
Enseguida vino el café con chocolate y, después, otra vez cerveza y más guitarreada. Yo los seguía en todo. Después de que Rocío entonara “Flaca” de Calamaro, me tocó mi turno. Ni un puto cover se me venía a la mente. Sólo canciones de Linda-Linda. Intenté acordarme los acordes de “El cantante” o alguna del Piti. Finalmente, no pude evitar tocar “Lo mejor ya pasó” y dar la nota de color al evento. Al toque quise levantar con “Sombras” de Grupo Marylin. Pero ya estaba intimidada. ¿Por qué me pasa eso? Se supone que los amigos le hacen a uno la vida más fácil... Por suerte el amigo de Pablo también tocaba.
Mientras sonaban los Redondos recordé que el jueves Marilina y yo teníamos ensayo en una sala (por primera vez, ja) y me pareció re divertido. También que tuviéramos vivo el domingo en “Alicia Maravilla”, el local de las chicas, y después el primer fin de semana de julio en el sótano de San Cristóbal.
Esa tarde Mari me había bombardeado a mails por lo del disco. Todavía tenía que responderle. Había que reconocer que también a mí el tema me tenía inquieta. Pero si le decía a Marilina la verdad la tensión se iba a duplicar y nos íbamos a terminar bajando del proyecto.
“Mari, tendremos un disco, si quiere venir; antipático y gritón, y al que le guste bien y sino también. Gracias a dios no vamos a ser nosotras las que se encarguen de comercializarlo. Aprovechemos las horas de grabación y hagamos lo mismo que en los shows: lo que sabemos hacer de la mejor forma posible”.
Entre copas, cuerdas y batucada, yo pensaba en el niño, cómo se escucharía todo desde allí. Rocío propuso un último brindis y todos en corito dijimos:
¡Edmundo, bienvenido al mundo de la música!

jueves, 10 de julio de 2008

Notas sobre Andrés Caicedo y el cine

El cine que no leemos

Cuando Andrés Caicedo se dio cuenta de que hacer cine en Colombia era algo prácticamente imposible (sólo logró codirigir un largo en 16mm) se propuso dedicar el resto de sus días a devorarse todo el cine de la época. Son los años ´70 y el joven escritor y socio fundador del Cine Club de Cali escribe un artículo para una ponencia en la Universidad del Valle en donde se expresa así: “El cine no ha cumplido aún los ochenta años, y no es demasiado aventurado afirmar que ha puesto a funcionar el mundo a su ritmo, que las culturas y las subculturas cada vez son más escasas provenientes de la literatura que del cine. Que por su misma juventud ofrece una de las más fascinantes posibilidades que se le pueden ofrecer a hombre alguno: la posibilidad de saberlo todo al respecto”.

Antes que nada hay que decir que Caicedo gustaba del cine tanto como de las afirmaciones megalómanas y efectistas. Sería inútil enumerarlas porque de eso están hechos sus textos. Ojo al cine reúne más de cien reseñas críticas, entrevistas y relatos sobre cine, escritas y publicadas entre 1969 y 1977 en diarios locales y revistas especializadas.

La prosa de Caicedo es, sobre todas las cosas, culebrona; oscila entre lo eruditomalicioso y lo cinicotragicómico y, como resultado, obtiene un material que se deja leer como ensayos, cuentos o diario íntimo. El concepto de “género” es algo que en Caicedo está ausente. “El crítico, en busca de la paz, se da toda la confianza”, por ejemplo, es un artículo que Caicedo empieza con la frase “América Latina es un continente con una expresión propia” y lo termina con “Cada vez que pienso en ella, me pasa eso”. Sus obras de teatro, e incluso su novela más reconocida ¡Qué viva la música! bien podrían ser guiones cinematográficos; sus ensayos, cuentos y sus cuentos pequeños capítulos de la historia de su vida.

Convencido de que todo gusto es una aberración, de la crítica sólo le interesó “lo insólito, lo audaz, lo irreverente, lo maleducado”. En una encuesta realizada por estudiantes de la Facultad de Comunicación Social de la U.P.B con el propósito de confrontar pareceres sobre la crítica cinematográfica, asegura en clave impertinente que “dedicarle la atención necesaria a la importancia de Jerry Lewis es un acto de terrorismo”, y que “arremeter contra el cine político italiano o un filme como El pasajero también.” Le gustaba decir -como dice el Negro Tejada Gómez, cosas “punchis”. Pero también hay que admitir que todo lo que Caicedo decía, lo hacía.

En 1973 viaja a EE.UU. con el propósito de vender dos guiones de terror a un productor cubano. Rápidamente se da cuenta de que no tiene sentido -encuentra problemas en la traducción, no logra hacer una sinopsis, no tiene copia del original- y decide no asistir a la reunión y terminar su estadía en Los Ángeles encerrado todo el día en una cinemateca viendo películas. En sus memorias cuenta que veía entre ocho y dieciséis filmes por día: “Yo me levantaba a las ocho de la mañana, cruzaba la calle desayunado ya, y me entraba al teatro, a mi cita con la oscuridad, para salir a eso de las once.” ¿Es posible tanta resistencia?

Precisamente algo que seduce de Caicedo es que para cada pregunta que uno le plantea a sus textos, rápidamente, se encuentra la respuesta. Y efectivamente, dos o tres renglones más abajo Caicedo nos deja tranquilos: “Fue allí cuando probé por primera vez las anfetaminas”.

Desilusionado de EE.UU. y del rodaje que codirige con Carlos Mayolo, “Angelita y Miguel Ángel”, en 1974 saca el primer número de su revista Ojo al Cine título que lleva el compendio publicado por la Ed. Norma (Colombia, 1999). Caicedo no escondió sus deseos de trascender; se convenció de que lo que no se podía filmar, se podía escribir: “…lo que valga la pena, y no se pueda [ver], se puede leer”. Y entre los primeros años de su juventud y los que él considero los últimos –Caicedo se convirtió en leyenda a los veinticinco años- escribió cinco obras de teatro, dos novelas, una publicada en vida y otra inconclusa, y tres libros de relatos, en muchos de los cuales el universo del celuloide es lo que predomina como escenario de vida en la ciudad.

Visto de esta manera, no sería demasiado osado pensar que, en Caicedo, ese impulso nerd de querer abarcarlo todo resultado de una imposibilidad original: la imposibilidad de realizar una película. Sin embargo, después de recorrer una y otra vez su obra, además de su obsesión por el cine, lo que uno descubre en sus textos es una compulsión narrativa de la vida. Como si en vez de decir que todo lo que no se puede filmar se pude escribir, en realidad estuviese diciendo, todo lo que no se puede vivir se puede encontrar en otro lado: en la escritura o en la oscuridad de la sala.

La oscuridad de la sala es un tema recurrente en sus relatos de vampiros pero también en los informes que escribía después de las proyecciones del Cine Club. Caicedo habla del “pobre diablo que lleva en sus espaldas la maldición de habitar la noche eternamente, y que necesita de sangre humana para continuar el curso de su destino”

Según su propia clasificación, a Caicedo le va bien la figura del espectador lumpen tanto como la del espectador intelectual. Le gustaban las categorías, los moldes; pero todos estaban hechos a su medida. “Especificidad del cine” es un texto que pareciera abarcar todas las operaciones críticas que realizan estos “tipos” que Caicedo dice encontrar entre los miles de espectadores de su época. Habla del “espectador de formación marxista”, del “espectador de extracción proletaria y de formación lumpesca”, del “hombre de letras que acude al cine” y por último, del “espectador cineasta”. Pero en el fondo Andrés Caicedo siempre habla de sí mismo. Y de Patricia, claro, “Patricialinda”; la chica mala de la película, su otra imposibilidad: “Si no puedo vivir sin ti llevaré, supongo, una especie de antivida, de vida en reverso, de negativo de la felicidad, una vida con luz negra. Pero brilla el sol, tú puedes estar cerca. Ahora salgo a buscarte.” Estas son las últimas líneas de El cuento de mi vida, publicado el año pasado, treinta años después de su muerte.


“Agúzate que te están velando”

Andrés Caicedo se suicidó el 3 de marzo de 1977. Si de lo que se trata es de hablar de la obra de Caicedo no se puede dejar de lado su única novela publicada en vida: ¡Qué viva la música!, ni tampoco a los compañeros de aventuras de María del Carmen: Ricardito, “el chico de río” y Bárbaro, “el merco”.

La novela comienza con un rito de iniciación: sumergirse en la aguas del río Pance significa para María del Carmen el ingreso a la cultura popular. Entender las lecturas de El Capital, según el personaje, significa abandonar la pileta a la que concurren todas las “niñas bien” y yirar por la ciudad con Ricardito. “¿Cómo no lo había conocido antes?” -le pregunta la heroína. “Porque eras una burguesita de lo más chinche (...) pero ahora, después del contacto con este agua, no lo eres más.” Exorcizado el pecado original, el resto de la novela es pura rumba, cocaína y alcohol.

Pasadas las doscientas páginas, María del Carmen cruza el límite. Conoce a Bárbaro quien la “invitaba a tomar el rumbo del extremo Sur, más allá del Pance, riberas de la cordillera.” El clima de la novela se vuelve más áspero y turbio, y el discurso, latinoamericanista. Bárbaro introduce a María del Carmen en prácticas aborígenes y en el consumo de hongos. “Con mi amado nos manteníamos Pance abajo, ¿haciendo qué? Bajando gringos. Así conseguía Bárbaro el merco, y le gustaba la acción (…). A mí también me daba rabia que fueran tantos y tan sonsos y que vinieran a esta tierra a encontrar los pecados capitales a precio de realización.” Las escenas que se siguen son la descripción de la Colombia que conocemos por los diarios, violenta y subversiva, y que, en su versión, Caicedo la carga de un resentimiento que seduce.

Mi parte favorita es el encuentro entre un norteamericano y Bárbaro. El diálogo empieza a caldearse en el momento en que el gringo lo contradice y propone una visión optimista y generosa del país: “Pero si yo no he visto más que armonía (…) Me gusta Colombia por los bellos paisajes y la simpatía de la gente”. Bárbaro no se resiste y lo asalta, le quita el walkman y los “bluyines Levis”, y lo golpea “para que aprenda a que las cosas son duras en este país”. María del Carmen cuenta que finalmente dejaron al gringo tirado en el río pero, que al día siguiente, los diarios decían que más tarde lo habían encontrado dos equipos de futbolistas “y que los 22 lo habían humillado, usado y abusado”.

¡Qué viva la música! es un texto distinto a Calicalabozo por la preponderancia de la voz femenina y porque el telón de fondo no es el cine sino la música: el rock y la rumba. Sin embargo, (el mismo Caicedo da la idea) los componentes de su obra son intercambiables: “El atravesado, Angelita y Miguel Ángel y partes de ¡Qué viva la música! resisten como novela porque tratan los mismos temas y en algunos casos se repiten personajes como Angelita y Miguel Ángel y perfectamente se puede convertir Solano Patiño en Ricardito el Miserable”.

Si en ¡Qué viva la música!, Ricardo es un músico desquiciado al que todos esquivan en algún momento de la noche; en Calicalabozo, es el cinéfilo empedernido -un pesado- que sólo puede, y quiere hablar de cine.

lunes, 7 de julio de 2008

MALA JUNTA II: Volver al futuro

El viernes recibí un sorpresivo llamado de Gallé invitándome al asado que iba a hacer en el quincho de su casa en Adrogué. Al principio no le reconocí la voz. Hacía mil que no recibía un llamado de Gallé, escucharlo me alegró. Siempre tuve buena relación con él, es inteligente, gracioso pero ante todo, un personaje muy singular. Fanático del Bosco y, aunque bastante ermitaño, muy bueno en la conversación. Tiene una gran colección de anécdotas. Hace años que planeo entrevistarlo para explorar su mundo, no el de la pintura, el otro, el mundo de los coleccionistas. De esa manera se gana la vida, es la envidia de los coleccionistas de juguetes. Quiero detalles sobre esos clientes, esos que lo atienden disfrazados del Hombre Araña o de Martín Karadagian.

Gallé me había pedido que le avisara a Marichi y a Giuliana. Así que el domingo tipo siete me tomé el bondi hasta constitución, me encontré con Giuliana, y nos fuimos juntas para Adrogué. En el camino compramos un vino, hicimos una parada en Temperley y pasamos a buscar a Marichi que nos llevaba en el auto. No era dificil llegar pero no quedaba tan cerca de la estación.
El barrio lo conocía bastante, me era familiar. Sobre la avenida San Martín, una venida con veredas anchas, las más anchas que vi en mi vida, habían vivido mis tíos. Aunque de mis tíos y de esa casa ahora sólo tengo malos recuerdos, era un barrio que me encantaba. Muchos árboles, muchas plantas, mucho verde. Muchos rencores les tengo a mis tíos, y a mi primo Daniel pero prefiero no hablar de eso. Ya le di muchas vueltas al asunto, hablé cuando tenía que hablar, y mi tío ya está muerto. Murió hace un año, y no me importó.

Cuando llegamos, alrededor de una mesa con vinos, estaban instalados Berni y Matu, Rocío, Mari-love, la hermana de Rocío, con su novio, Diego. Las carnes ya estaban en la parrilla. Gallé nos explicó que estaba esperando que llegara el Pelado con unas pinzas especiales para maniobrar las achuras pero que el asado estaba encaminado. Enseguida nos ofreció una visita guiada por su nueva tapera. Así se refería Gallé a los lugares donde había vivido, porque siempre eran cuartuchos con olor a humedad. Pero la de ahora no es una tapera, es una casa hermosa. Grande con muchas habitaciones, parque, quincho y parrilla, y una pequeña pileta. Luce, y está ordenada a lo Gallé. Con meticulosidad. Es evidente que es la casa de un coleccionista, todos los objetos tienen su historia y vienen en serie -aunque no sea él quien los coleccione.

Según un cartel, hecho e impreso en computadora y pegado con cinta scotch en la ventana de la cocina, que decía "exprésate, prepara la ensalada a tu manera", las chicas debían encargarse de las verduras. No era el único cartel que Gallé había preparado especialmente para el día del asado. Había uno dirigido particularmente a Rocío, en la heladera, que decía "sos linda, no te impacientes, hay latas de cerveza helada". Ni un detalle se le escapa, comentamos con Giuliana. Sobre la mesada, los tomates, la lechuga, las ensaladeras, aceite, sal y vinagre, los cuchillos. Del otro lado de la pileta, dos repasadores: uno húmedo y otro seco. Ambos olían bien.

Después de que cayó el Pelado con su mujer y su dos hermosas niñas, y detrás de ellos, Ale y Lautaro, las chicas nos internamos en la cocina para preparar las ensaladas, tomar cerveza y charlotear. Giuli y yo nos organizamos muy bien para hacer ensaladas. Cuando la sexta estaba lista, miré por la ventana y vi que entraban Sabrina y Pablo. En menos de un mes Sabri va a traer un sabrino al mundo, otro sol. Y sé que va a ser un sol porque a Sabri le brilla la cara, las manos y los pies, que me parecen los mismos que cuando teníamos siete años.
Las ensaladas estaban listas pero había que esperar al Comisario que estaría llegando en cualquier momento. Así se refiere Giuli a Diego Juan, que llegó al toque, con Sardina y con su simpatía de siempre.

Afuera, la mesa ya estaba puesta. Era una mesa enorme, larga y en la punta había una bolsa de más de tres quilos de pan. Aún así algunos se tuvieron que quedar parados. Estábamos todos. Todos los del almanaque que Marilina y Charly hicieron hace diez años con nuestras fotos. Un mes por cada amigo. Gallé disfrazado de Hippie, Ale de profesora de educación física, Sabrina de testigo de Jehová, Rocío de mimo, Yo de quinceañera, Astrid de Arquitecta, Marilina de cheta, Diego de buda, Sardina de cumbianchera, Berni de camionero, y Daniel de rolinga. Estábamos todos y también los ausentes. Astrid, que naturalmente por ser la ex de Gallé no había sido invitada, y Marilina, que naturalmente con la resaca que tenía no había podido encarar. Tampoco Daniel, se volvió a su pueblo sajón hace como cinco años.
Para mí estaban todos, incluso los que yo no había conocido. Maxi, Juani, Silvio y el gordo Masa. Esos malandros protagonistas de los relatos de Gallé y Marilina. ¿Y Lucas? Tenía la idea de que Lucas había sido para Gallé como Lore para mí. Su medio hermano de la adolescencia tardía. No creo que se sigan viendo ellos tampoco.

Comimos super y pedimos más de una vez un aplauso para el asador. ¿Entendería Giuli lo que significaba ese asado para los NYC (nacidos y criados) de Lomas? Ella me dijo que sí, que en unos cinco o seis años el asado sería en "Villa olvido" la mansión de Parque Patricios, y que probablemente fueran a estar todos ahí también. Los NYC del centro y los otros, los que configuren el mapa en el futuro y los que lo hayan configurado en algún momento.

Me pregunto si significará algo ese asado para mí, algo más que el paso del tiempo.

MALA JUNTA I: Negro al 22

Ayer, a las nueve de la noche, llamé al Negro y ya estaba durmiendo. Yo quería joda, por lo tanto cómplices. Había hablado con Diego, con Coni-cons, y pensé, falta el niguer, el más negrete del grupo. Al día siguiente había que ir a trabajar, era cierto, pero como los chicos enseguida se habían copado, pensé, más sí, yo lo llamó igual.
Me atendió Sebastián, con su voz de galán, de seseo intermolar kirchnereano, inconfundible.
No, el Negro ya está durmiendo.
Cualquiera, pensé, esto es cualquiera. Con esta noche de calor, yo sólo pienso en alcohol, y el negro, ¿ya está durmiendo? A Diego ni le conté, para que no se afofara desde el vamos, para que no me dijera, visteeee, te dije que el niguer no iba a venir, y entonces empezara a caer la noche con una discusión de payasos amigos aburridos.
Yo quería aunque sea llegar hasta el final, y bueno, después sí, pensar, qué garrón, todo me da igual. Pero todo ya estaba cagado desde hacía un rato antes, diez minutos antes de de que yo llegara, me dijo Cons, sonó el celular y... Cosas del amor. Diego estaba enojado y llorón, y yo en plan: usar mi nuevo pantalón, negro también, re lindo-lindo. Me había re inspirado la compra, en el espejo me corté el pelo, entre llamada y llamada me pinté las uñas, las cejas, los ojos y los labios mamarracheados de rojo, y, después de mil años de no usarlo, mi brazalete de star.
Estar al pedo un rato, eso quería. Tomar una cerveza y reírme un poco, hacer chistes malos y molestar a Diego para hacer reír a Constanza. Y a Diego también. A él le encanta hacernos reir con su seriedad vehemente. Pero ayer "el horno no estaba para bollos".
Con Coni-cons todo fue más fácil, y le pareció bien que le insistiera al Negro y casi igual a qué restaurant ir. En el teléfono Cons había propuesto parrillita, yo gente joven, y Diego no elegir.
Inspirados tal vez en el silencio dormilón del más oscurito de nuestros amigos le apostamos al Negro el 22, una parrilla que queda en la calle Fitz Roy (parece que hay otra, una sucursal en no se dónde). En el auto, después del segundo llamado de la chica, Diego sólo ocupó el lugar del conductor. Hasta que de imprevisto estacionó y dijo, sincero, triste y tajante: Che, yo no puedo, me voy. A Cons y a mí no nos quedó otra que aceptar.
Elegimos una mesa afuera y, esto fue re loco: enseguida empezó a refrescar, y yo, por culpa de que "la moda no incomoda", no me había llevado ningún abrigo. Porque el agite venía motivado por el efecto "sueño de una noche de verano" a fines de un abril otoñal. Pero antes de las once se deshizo la ilusión, y, aunque era el obvio que el frío iba a ser cada vez mayor, insistí en comer en la calle igual.
Cuando el mozo llegó con nuestro pedido me di cuenta que la noche venía de derroche. (Empezando porque había tomado un taxi para llegar). No supimos si fue el vacío el que venía de derroche o la ausencia de nuestros amigos que se expandía en la carne. Sea lo que fuere, lo acompañamos con papas fritas, para darle vida a lo magro de ese vacío enorme, que hambrientas ni entre dos supimos liquidar.
Al final, nos fuimos caminando por Córdoba hasta Pringles. Corría un viento de rambla que me hizo pensar en un havana, pero era cualquiera, y Cons me prestó su saquito por unas cuadras.
En el camino me trabajé a Cons para que me acompañara al Pachamama. Era jueves, lectura de poesía. Pero no. Dale, un ratito. No, mañana tengo que levantarme temprano. Daale. Ok. Un pucho y me voy.
Cuando llegamos, un bajón, Ricagno ya había leído. Me tomé dos gintonic que me preparó el de la barra: un hippie bombón, que les gusta a todas las chicas. Simón, se llama, encima.
Cons se la re bancó. Como tres puchos se fumó antes de abandonarme. Yo me quedé un rato más. Me quise hacer la bohemia, la nocturna, la rarita. Pero al toque me sentí incomoda, los hippies, borrachos, siempre me incomodan. Cero en percepción, cero en discreción, no me dejaban disfrutar de mi personaje de chica audaz.
Pasadas las tres de la mañana, decidí volver a mi casa. En taxi, otra vez. El tachero me preguntó si salía de trabajar, y le dije que sí. No tenía ganas de hablar. Si trabajaba por ahí, en Palermo, me insistió. Sí, le dije otra vez escueta. ¿En un bar? Sí. ¿Todos los días? No, los feriados trabajo en San Telmo. Sos una chica trabajadora. Sí, muy trabajadora.

La pelada

A Carlos Egan
"No se sabe si es skinhead,
no se sabe si es skater,
no se sabe nada de nada”.
(Ácido Camboyano)
Este es mi walkman. No tiene radio ni nada, pero, mirá, apretás acá y podés escuchar media hora de Nirvana en la clase de mecanografía. Podés pintarte las uñas de negro, diseñar un vestido con escote en el margen de la hoja, o escuchar música y no pensar en nada.Yo no hago nada en mecanografía. Lo mismo, lo hago después en mi casa: en la computadora es mejor. Escribís todo así nomás, total, podés volver atrás, borrar y corregir los errores. Tenés que saber un poco inglés, pero como yo voy a un colegio privado… Por eso me anotaron en este colegio, porque tenemos inglés y porque queda cerca de casa. Algunos chicos van al centro porque ahí se usa más ir a colegios del Estado, pero mis viejos dicen que en mi barrio los mejores son los bilingües, el problema es que son demasiado caros. Son mejores porque son colegios ingleses, los dueños son ingleses. No hablan castellano, entonces los chicos todo el tiempo hablan en inglés, las chicas escriben “Happy Easter” o “sad day” en sus diarios íntimos.
Mi papá está aprendiendo inglés y computación porque le dieron una computadora como parte de pago de una deuda y no sabía cómo usarla. También le dieron un equipo de música con cd. Todo importado. Yo no lo uso porque tengo muchos casettes. Mi viejo me regaló un cd, pero de Queen. No lo escucho nunca, porque ya le dije que está re de moda. Porque se murió el cantante. A mi papá le encanta cómo canta ese chabón, porque es medio como opera. Él dice, esto es rock, cuando lo pasan en la tele, y no la porquería que hace el “que se bajó los pantalones”.
A mí no me gusta el “rock nacio-mal”. Me gusta decir que me gusta el grunge. Porque miro MTV. Porque tengo cablevisión. Porque no me gustan las marcas “nacio-males”, me gusta Vans y Vison y Sonic Youth. No los “BOBOsónicos de Lanús”.Valentín Alsina y después, a veces, voy al centro. Al Paseo La Plaza a ver bandas “nacio-males” pero al final siempre la paso re mal. Voy solamente para acompañarla a Ceci, una amiga del centro que conocí en el recital de Actitud María Marta. Siempre nos encontramos después del colegio pero odio quedarme con el uniforme del colegio, es re feo. Encima son todos re conchetos los del centro, te re fichan.
Yo la paso mejor en Temperley, porque me dejan quedarme hasta más tarde. Sino me tengo que tomar un remís que me sale re caro. Prefiero ir al Borde, a ver a Expulsados, que el cantante está re fuerte, o a Piraña, la banda de mi amigo Carlos. Hacen un tema en inglés que me encanta, “My generation”. Carlos me lo enseñó a tocar en una guitarra eléctrica. Yo quiero que me enseñe una de Nirvana, pero él no quiere y me obliga a que le haga los coritos de “Hacelo por mí” mientras él canta.Carlos es el cantante y guitarrista de Piraña. El año pasado, tocaron para el “Fin de año Otro yo” en el Borde. Yo no pude ir. No me dejaron, por lo del boletín. Carlos me dijo que estuvo re bueno. Me dio una bronca… Primero tocó Piraña, después FDI, la banda de el Rana y el Pitu López, y después, Mal momento y Buenas intenciones. Carlos hizo smosh, me dijo. Está loco. A mí no me gusta el hardcore, es re bruto. Yo quería ir al festival por Piraña, para cantar las canciones, porque ya me sé todas las letras. El Otro yo tocó a final de todo, tipo cinco de la mañana, para el cierre del show. El Borde explotaba de gente, estaba todo el mundo, me dijo Carlos. Mi novio también es guitarrista pero a él le gusta el metal. “Todos por el metal”, dicen sus remeras. A mí no me gusta el metal y a él no le gusta Nirvana pero igual fuimos a ver la banda de Carlos cuando tocaron en el festival que organizaron los de mi colegio. La pasamos re bien. Abrieron los de la tarde con un tema de Eric Clapton, un tema re tranquilo. Para mí esos chicos tocaban re bien. Pero mi novio nos contó que Clapton está re de moda desde que se le murió el hijo. A mí me dio pena porque, ¿sabés lo que es que se te caiga el bebé por la ventana? Después de que yo dije eso Carlos se puso insoportable. Se hacía el gracioso y decía estupideces. Y encima como mi novio le festejaba todo… Me re calenté. Además no podía creer que el hermano de Julián estuviera saliendo con una pendeja de segundo. Y los chicos me preguntaban, ¿cuál hay? Imbéciles. Yo les dije que ella es una re concheta. Entonces los chicos, ¿cuál hay? Requete cagándose de risa, los dos, en mi cara. Y yo les pregunté, ¿qué?, ustedes, cuando sean grandes, digo, ¿se imaginan saliendo con una pendeja? Mi novio, un dulce, me agarró de los hombros y me dijo, claro, vos sos mi pendeja conchetita. Y yo me reí contra su pecho porque tenía razón, él es más grande que yo, y ¿y cuál hay?
En realidad yo me quería poner seria, porque quería estar enojada. Porque Carlos seguía con eso de que odia a los niños y a los viejos, y, “I hope I die before I get old”, y yo no estoy de acuerdo pero me río, porque lo dice en inglés y después hace un bailecito re gracioso.
Al final era mentira que iban a tocar Los Brujos. Tocó una banda que se llama Vía Varela, medio ricotera, re trucha. A mi novio le encantó, porque a él le gusta la voz del Indio. Yo prefería haber escuchado Pedro Juan Caballero, la banda de Gallé. Él también es más grande, repetidor. Lo echaron de tres colegios y estuvo pupilo en Sarandí dos años. Mi novio lo conoce del barrio, y de la Roquería. La banda duró sólo tres tocadas, y para el festival de mi colegio tuvieron que suspender. Parece que los padres lo volvieron a encontrar fumando marihuana en el fondo de la casa y se le armó un quilombo...Cuando los chicos de Piraña tocaron esa que dice “Vida de perro, vos, vida de perro vos llevás”, mi novio se metió en el pogo. Yo me re calenté, porque me dejó re sola. Y todos eran re brutos y me bajó la presión y casi me desmayo. Igual, después justo los de 5to “B” tocaron Autoejecución y nos re arreglamos.
A Carlos tampoco le gusta ir al centro. Son todos re conchetos los del centro. No le caben, dice. Porque él es de Escalada. En Escalada no hay nada, pero a él le gusta igual. Porque es un chico de barrio como mi novio. Mi novio odia el centro porque él es re nacionalista. Por eso le gusta el metal. A mí no, la verdad. Pero, ¿cuál hay?Freddy Mercuri se murió de SIDA, muchos artistas se mueren de SIDA pero no lo dicen porque les da vergüenza y después contagian a todo el mundo. A mí me gusta cuando mueren de sobredosis como Jim Morrison, en la película de Los Doors. Se drogan por culpa de la fama, como Maradona. Es una forma de rebeldía, porque el mundo es injusto. PORQUE HAY HAMBRE EN ÁFRICA. Hambre y racismo. En Argentina no, porque no hay negros. Son morochos, tienen la piel un poco más oscura, pero en realidad son bolivianos. Mi novio dice que nos roban el trabajo. Pero NO es así. Trabajan para ayudar a sus familias porque viven en un país muy subdesarrollado. En Cívica nos dijeron que Argentina es un país que está en vías de desarrollo, por el tema de la globalización. Mi viejo dice que si no sabés inglés y computación, fuiste. Por eso él está estudiando, para modernizarse. Yo quiero que se compre una camioneta 4 x 4, como la del papá de Carlos. Está re buena, todo terreno. A la hermana, para los quince le regalaron un cuatriciclo y a Carlos una moto XR 100, para que no se ponga celoso. Pero no se la dejan llevar al colegio. A la hermana sí, porque ella va a un colegio bilingüe y ahí tienen estacionamiento.Carlos me contó que al final la hermana se va de viaje de egresados a Cancún. ¡Qué culo! Nosotros lo podríamos proponer en mi curso. Sale prácticamente lo mismo que ir a Bariloche, y yo quiero viajar en avión, alguna vez.
En el recreo, mientras charlo con Carlos, rebobino el casette con una bic. No quiero que se me gaste la pila del walkman porque hoy tengo séptima y sin música no aguanto. Carlos se compró unas papas fritas y un jugo riquísimo. Me dijo que ese jugo es igual al del avión. Porque se fue a Euro Disney en las vacaciones. Qué culo que tiene Carlos, siempre viajan en avión. La hermana que es re concheta, se compró el discman. Dice que no daba para más, porque en su colegio bilingüe todo el mundo ya lo tiene. En el nuestro no, ¿y qué?
Las Badaraco también tienen walkman. A ellas les gusta Guns & Roses. Las cuatro se tiñen el pelo de negro y firman en el pizarrón “Axel fuck me”. A mí no me gustan los Guns, porque a todo el mundo le gustan los Guns y en la clase de Cívica salió el tema de la chica que se suicidó porque la madre no la dejaba ir a ver a Los Guns, y toda la clase horrorizada por los fans de Los Guns, porque el problema no son Los Guns sino los fans. Y ahí una de las Badaraco saltó, levantó la mano y dijo, disculpe profesora, pero yo también aplaudí cuando Slash mostró la “cola” por la ventana del hotel, ¿y qué?Y todos se rieron, pero Carlos y yo, nada que ver, las re respetamos. Porque, ¿cuál hay? ¿Estamos en democracia o no?
En Educación Cívica me fue mal. Mi mamá es maestra y me hizo perder todas las vacaciones de invierno estudiando y desaprobé igual. La profesora dice que no estudié y yo le muestro el manual que me dio mi mamá y ella me dice que no sirve porque el libro es de “Instrucción Cívica”, que no es lo mismo. Mi novio dice que eso es porque mi colegio es re nariz para arriba. Yo le digo que nada que ver. Él va a un colegio del Estado, a un industrial, por eso le gusta el metal. A mí me gustaría ir a un colegio del Estado, siempre están de paro y nunca tienen clases. Tengo una amiga, del centro, que una vez no tuvo clases por quince días porque habían puesto una bomba en su colegio. Bah, cerca, pero la onda expansiva destruyó parte del edificio de la primaria. Qué culo.
Ayer con mi novio vimos “La lista de Schindler” y nos re emocionamos, es un caso verídico. Se trata de un tipo que es nazi, pero es re bueno y al final salva a todos. A todos los que puede, hasta el último, con una alianza de oro. Mi novio dice que en el centro hay una bocha de judíos. Yo le dije que no entiendo por qué siempre todos odian a los judíos y él me dijo que es porque son re vende patria. Ellos no tienen una nación, porque son antinacionalistas.Mi novio es re estudioso, muy inteligente y estudioso. Le va re bien en la escuela. Le gusta Cívica e Historia. Dice que no hay que olvidarse de lo de Walter Bulacio, por eso fuimos al recital que organizaron en el Club Lanús. Tocaron un montón de bandas del centro. Estuvo re bueno. Me rompe un poco con lo de las Malvinas. Yo le dije que por esas islas de mierda ni vale la pena que muera tanta gente. Stop war, le digo. Miles de chicos inocentes mueren día a día en África. A mí me gustaría ser doctora y encontrar la vacuna contra el SIDA.
En la escuela vimos la película del caso María Soledad. Me re aburrió, me gustó más “Filadelfia”, que la vimos para la clase de Educación para la salud. Porque mi colegio tiene sala de video y una vez por semana vemos una película. A Carlos le gustó “Platadulce” y ahora se la pasa diciendo, “Arteche, la puta madre que te re mil parió”. Mi novio me explicó lo del “deme dos” y después yo lo quería poner en el trabajo que nos mandaron a hacer, pero no me acordaba bien cómo era. Odio que me pase eso. Mi novio dice que no hay que olvidar para no repetir los mismos errores. Él dice, “ni olvido ni perdón” y Carlos, “la puta que vale la pena estar vivo”, que lo sacó de otra película.
¡Ay!, le digo a Carlos, me encanta la calcomanía que tiene esa chica pegada en la carpeta: “Save the whales” Nunca sé si es salvar a las ballenas del sur o a los Galeses de Gaiman, que son re pocos. Yo fui a ese pueblo pequeño, perdido entre las montañas. Se habla otro idioma, allí. Yo les quise hablar en inglés pero nada que ver, es otro idioma. Me re gustó la anécdota de la torta pero no da comerla, es re fea. La guardan en un taper durante un año, un asco.
¡Ay!, le digo a Carlos, ¿te imaginás, si alguna vez, hacen Capitán del Espacio triple?, y como él no me contesta porque tiene la boca llena, le digo, ¡ay!, me encanta la propaganda de la Semana de la Dulzura. Empieza el primero de julio. No me quiero olvidar de comprarle algo a mi novio, para dárselo con la tarjeta y el peluche. Le va a en-can-tar. Porque mi novio es así, un dulce. Se hace el duro porque le gusta el metal pero es un divino. Es mi bebé. ¿Podés ser mi mamá?, me pregunta. ¿No es un dulce? Sos un bebé macho, le digo yo, como Prodan, y lo lleno de besitos en el cuello. Mejor como el Indio, me dice él. Porque a mí no me gusta la música en inglés, no entiendo si me cantan en inglés. Tenés que aprender, bebé, le digo. Y me dice, ¿para qué?, ¿acaso no tenemos una lengua propia?, ¿eh?, y se pone re serio, casi triste, preocupado por nuestra nación. Yo le digo, never mind, bebé, yo te traduzco. Y él, ¿ellos quieren que aprendamos inglés?, pero a ver, ¿por qué no aprenden ellos castellano?, ¿eh? Te lo hacen a propósito, para venderte los cursos esos de Inglés. ¿Por qué no vienen ellos?, ¿eh? Uno a uno. ¿Por qué no aprenden ellos nuestra lengua? Vamos a ver si ellos nos van a querer comprar un curso de idioma extranjero. Para ser potencia primero hay que fortalecer la frontera.¿Eh?, dice a cada rato, cruzado de brazos y levantando el mentón. Enojado, serio. Mucho pirata dando vuelta, dice, pero yo no lo entiendo cuando me habla así, metafóricamente. Lo que yo sé es que mi novio está re fuerte, de pelo largo. Lástima que ahora se lo quiere cortar. El otro día vi una foto del verano pasado y dije: me muero, me muero, con esa barbita se parece al Che Guevara, divino. No me importa que le guste tanto el metal. Porque en un corte, me parece medio grasa el metal, pero después digo, ¿cuál hay?
Porque soy re independiente ahora. Antes me quería casar y todo ese rollo. Pero ahora, nada que ver. Yo quiero tener lo mío independiente. No voy a permitir que nadie me mantenga. El problema es mi viejo. Yo llené la solicitud para trabajar en Mc Donald´s y me llamaron y todo, pero después no me dejó ir. Dice que yo no tengo necesidad de salir a trabajar. Que primero hay que estudiar. Y yo trato, pero Carlos me molesta, me distrae. Yo estoy copiando y él me tapa o me canta en el oído “no estudies, no estudies, nena, no te servirá, que en este país de hambre morís igual”.
En la mochila de Yanina dice “Say no more” y yo agrego, “no more war”, con liquid paper. Esa piba, en la carpeta, tiene pegada la entrada del recital de Violadores en Obras. Carlos se la quiere arrancar porque dice que la puede vender en el Parque Rivadavia. Si total, ella no fue, dice. Se la regaló la hermana y la pegó en la carpeta para hacerse la canchera. Después meta cumbia y Vilma Palma. Es cierto. Tienen razón Carlos. Típico de negro, que le gusta todo, dice mi novio. A mí mucho la cumbia no me va pero, qué sé yo, cada uno con lo suyo. A mí me gusta la cumbia para joder, para bailar en las fiestas. Me gusta una frase de Comanche que dice: “no me digas adiós, no me digas adiós, llorando. Porque voy a creer, porque voy a pensar, que me sigues amando”. ¡Es re verdad! Me pasa siempre que me peleo con mi novio. Porque últimamente nos llevamos re mal y él me amenaza con dejarme, si no hago lo que me dice. Pero después se arrepiente y me llama llorando. Perdoname, mi amor, me dice puchereando, y yo cada vez más me hago la difícil. Es que me embola que me diga que soy una ignorante. ¡Qué mierda me importa la Batalla de la vuelta de Obligado! A mí no me interesa la política, la política partidaria.
En la escuela me dicen la Pelada porque estoy rapada. Me rapé. Ya que mi viejo no me deja laburar…aproveché y me rapé. Los de mi colegio me dicen la Pelada porque no entienden nada de nada. No saben que en el centro se re usa así. Le dije a mi viejo que me quiero cambiar de colegio. Quiero ir a uno del Estado. En el mío son re caretas, te hacen quilombo por cualquier cosa. En el Nacional de Banfield vas sin uniforme ni guardapolvo, así con tu propia ropa, y… No sé, la gente es mucho más copada. Los pibes están re fuertes…Y no sé, son otra onda. Salen juntos, van a marchas… La otra vez hicieron un recital de rock y estuvo re bueno, tocó Copiloto Pilato, y una banda nueva que está buenísima, que se llama La nueva Flor. Son re independientes. A mi novio ni le gustó porque dice que son re chetos, y sí, son medio chetos, pero ¿cuál hay?
Mi walkman no es amarillo, ni sumergible ni tiene cronómetro. Tampoco tiene calculadora como el que tenía la hermana de Carlos, no es nada cheto. Es de los comunes. Un walkman común y corriente. Lo importante es que del lado A del casette tengo grabado Fun People, que es una banda re alternativa. Son del centro. A Ceci le gusta Lechuga, el bajista, y una vez nos invitó pero a mí no me dejaban y mentir era un quilombo, porque estaba mi novio. Al final fuimos a Temperley y otra vez hubo razzia. Y como ya una vez habíamos tenido una mala experiencia con la tata bonaerense, nos tuvimos que ir del bar sin ni siquiera terminar la birra. Yo le dije después a mi mamá, viiistee, tendría que haber ido al centro, que allá está todo bien.
Las primeras veces yo pensaba que la gente exageraba, que se querían hacer los tanguito feroz. Siempre había uno que gritaba “la yuta”, y todos empezaban a correr. Yo no quería, no podía, o por la pollera o por los borcegos plataforma. Pero igual, en un corte me daba miedo. Porque aunque nunca veía los famosos 318, ni a la yuta cargando chicos y chicas a palazos, la avalancha de gente se te venía encima y no te quedaba otra. Carlos decía que no daba para correr y nos escondíamos en el baño del Borde. El pibe de la barra lo conocía por Piraña y nos dejaba escondernos en el baño del fondo. Hasta que una vez nos agarraron. Mi novio zafó, porque ya es mayor de edad y, como milita en el Nuevo Orden Patriótico, medio que se los chamuyó. Nosotros no, y entonces, adentro. Por suerte, después él se avivó, llamó a la casa y le contó al padre lo que nos había pasado. Y como el padre es amigo de Duhalde, nos dejaron salir re rápido.
Mi novio dijo que está harto, que no va a salir más. Que mejor nos quedemos en una casa, escuchando música y charlando y que el domingo vayamos al parque Rivadavia a apoyar a los del Partido por el tema del pibe que mataron. Mi novio dice que para él fueron “los obelos”, que son unos punks, algunos de por acá, otros de Quilmes, que se juntan en el Obelisco y siempre quieren pelearse con todos. Yo le dije que estoy harta de la violencia, que prefiero ir al teatro.
El domingo pasado fui con los del Nacional al Teatro Payró, a ver “Merezco que me maten a palos”. La pasé re bien. Les dije a mis amigos del centro que el mes que viene va a estar en Plaza Francia, a la gorra. Me encanta el teatro a la gorra, es un cago de risa. A mí me gustaría hacer teatro. Me gusta el teatro así, más contemporáneo; tipo, más danza teatro.
Yo le digo a Carlos que nos cambiemos juntos, el año que viene. Si al final somos más amigos de los del Nacional que de nuestros propios compañeros. Así después nos vamos de egresados con ellos. A mi novio no le gusta nada la idea. Dice que desde que me junto con ellos me hago la re canchera y que parezco un varoncito con este corte de pelo. Está insoportable mi novio, no me lo banco más. Ya le dije que elija: el Partido o yo.
A los del Nacional no les gusta el metal, les gusta el hardcore. Son hardcore pero de los buenos, positivos. Son así, re ecológicos, vegetarianos, re copados los hardcore. Cuando salimos de gimnasia nos vamos todos para la esquinita de French, ahí, donde está la heladería, y nos quedamos charlando, intercambiando funzines hasta que se hace la hora de la cena.
El mes que viene empieza la inscripción al ingreso de la universidad. No tengo ni idea en qué carrera anotarme. Al final no sé si voy a estudiar medicina. Me dijeron que es re difícil, y tiene mucha matemática y química. Me gustaría estudiar Músico terapia, y de última, si no me gusta puedo hacer un curso de teatro. Mientras tanto, laburar de promotora o en un bar, e irme a vivir al centro. Acá se está poniendo dura la mano. Después de que cayó la tata en el bajo todo empezó a cambiar. Temperley está muriendo. Muchos barcitos están cerrando y la gente se termina yendo al centro. Además, mi novio ahora parece que también quiere mudarse, a Caballito. Dice que es para estar más cerca del local del partido. Lo mismo, todavía tengo tiempo para pensarlo. De acá a diciembre lo único que espero es que los del Borde organicen el “Fin de año Otro yo”. Esta vez no me lo pierdo.